CIUDAD DE MÉXICO – Hombres armados tendieron el jueves una emboscada a un convoy del gobierno mexicano que realizaba una patrulla de seguridad al suroeste de la capital, matando a 13 fiscales y policías en lo que parecía ser el asalto más mortífero contra las fuerzas del orden mexicano en más de un año, dijeron las autoridades.
El ataque fue un gran revés para las fuerzas de seguridad del gobierno y un recordatorio más de los severos desafíos de seguridad que enfrenta el presidente Andrés Manuel López Obrador. El presidente asumió el cargo en 2018 con la promesa de hacer de México un lugar más seguro, pero no ha podido hacer una mella significativa en la violencia que durante mucho tiempo ha ensangrentado al país.
Rodrigo Martínez Celis Wogau, ministro de Seguridad del Estado de México, calificó la emboscada como “una afrenta al Estado mexicano” y prometió “responder con total fuerza”.
El convoy el jueves patrullaba en Coatepec Harinas, a unas 40 millas al suroeste de la Ciudad de México, la capital, para “combatir a los grupos criminales que operan en esa zona”, agregó Martínez en un video publicado en Twitter.
El número de muertos incluyó a ocho policías del departamento de Martínez, la Secretaría de Seguridad, así como a cinco representantes de la Fiscalía General del estado, dijeron las autoridades.
El ataque pareció ser el asalto más mortífero contra agentes de la ley mexicanos desde octubre de 2019, cuando hombres armados mataron a 14 policías en el estado de Michoacán.
Los asesinatos en el centro de México el jueves se sumaron a los 86 policías que ya habían sido asesinados este año, según Causa en Común, un grupo anticorrupción mexicano que se enfoca en la seguridad pública.
El año pasado fue el año más mortífero para la policía desde que el grupo comenzó a rastrear muertes en 2018, con al menos 524 oficiales muertos.
Como la mayoría de los delitos en México, la mayoría de los asesinatos policiales quedan impunes, dicen los analistas de seguridad.
“La sensación que queda es que es posible atacar a un agente del estado sin consecuencias”, dijo Alejandro Hope, analista de seguridad de la Ciudad de México. “Si no podemos proteger la vida de la policía, ¿cómo podemos pedirles que protejan la nuestra?”
El gobierno federal respondió de inmediato a los asesinatos el jueves desplegando elementos de la Infantería de Marina, el Ejército y la Guardia Nacional en el área, dijo Martínez.
Los funcionarios no hicieron comentarios inmediatos sobre posibles sospechosos en el ataque.