Codo izquierdo roto a la edad de tres años
y nunca corregido del todo, rebelde pícaro,
impedir flexiones, bloqueo
yo en una infancia de púrpura
cintas de participación. Tobillo izquierdo grueso
de décadas de esguinces y fracturas,
rígido y reacio y sin duda
un sitio de artritis por venir. Izquierda
ojo, débil, asimilando un borrón a través de una botella de refresco
lentes de gafas, su socio del lado derecho compensando,
siempre con exceso de trabajo, haciendo todo lo posible pero dejando
yo torpe y ansioso. Esquina izquierda
de mi boca, con cicatrices de un invierno
colisión con ramas densas y desatendidas
en la base de una colina nevada,
un paseo en trineo por la noche llevado a un sangriento
detener, un bulto de labio creciendo donde no hay bulto
debería ser, una grieta roja en el borde
de cada sonrisa tímida de la foto de la escuela.
El dedo meñique de mi mano izquierda,
incrustando mi anillo en su carne abultada,
un árbol gordo que se traga una cerca de tela metálica.