El derrumbe de un edificio público, un supermercado Máxima, mató a 54 personas. El juicio en relación con la tragedia aún continúa y ahora se encuentra en la tercera instancia final. Por tanto, aún se desconoce la decisión final del tribunal. Pero, ¿qué se ha hecho para garantizar que vivamos seguros y que tragedias como ésta no vuelvan a ocurrir?
Inmediatamente después de la tragedia, el Seimas creó una comisión parlamentaria de investigación. Tenía que evaluar todos los riesgos potenciales, identificar todos los errores del sistema e instruir al gobierno para que los eliminara. El presidente letón, Andris Berzins, calificó el incidente de asesinato en masa por negligencia. En el punto álgido de la emoción, los políticos prometieron una rápida investigación y expresaron su intención de no permitir que algo así vuelva a suceder.
Los primeros pasos se dieron rápidamente. Según las recomendaciones de los expertos, el Seimas mejoró y complementó significativamente la ley de construcción, previendo la creación de un organismo de control estatal especial: la Oficina Estatal de Control de la Construcción (SBCS), cuya tarea principal era la supervisión de grandes proyectos comerciales, así como así como proyectos de construcción financiados por los gobiernos estatales y locales. Escuelas, instituciones, supermercados y otras instalaciones públicas quedaron bajo la supervisión del GBKS. En este sentido, se inició un control de seguridad independiente en las instalaciones supervisadas por GBKS. Pero en otros edificios, por ejemplo en los edificios de apartamentos, persisten problemas: ¿cuál es la seguridad de las soluciones de ingeniería en edificios nuevos de este tipo?
Es especialmente importante la respuesta a la pregunta: ¿son suficientemente fuertes los balcones y las estructuras de los edificios residenciales construidos en la época soviética después de la reconstrucción, que en nuestro país siguen siendo la base del parque de viviendas?
Un año después de la tragedia de Zolitude, expertos y observadores públicos llegaron a la conclusión de que la mayoría de las tareas, incluido el control de los edificios públicos y la educación pública más amplia sobre las acciones en situaciones de crisis, habían comenzado a ser realizadas por las autoridades responsables. Pero todavía queda mucho trabajo urgente para mejorar la calidad de la construcción, y una de las tareas principales es revisar los criterios de contratación estatal y municipal, que obligan a elegir las propuestas con el precio más bajo. Además, debería crearse un sistema para excluir de la participación en la contratación pública a las empresas que planteen dudas sobre su reputación y su capacidad para ofrecer una construcción de calidad. (Latvija Avize)
2023-11-21 10:48:00
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