Las personas que son más activas durante la noche obtuvieron mejores resultados en pruebas cognitivas que aquellas que suelen ser más activas durante la mañana, según sugiere una nueva investigación.
“Más que ser simplemente preferencias personales, estos cronotipos podrían afectar nuestra función cognitiva”, dijo la investigadora del estudio, Raha West, MBChB, del Imperial College de Londres, Reino Unido, en una declaración.
Pero los investigadores también pidieron cautela al interpretar los hallazgos.
“Es importante señalar que esto no significa que todas las personas madrugadoras tengan un peor rendimiento cognitivo. Los resultados reflejan una tendencia general según la cual la mayoría podría inclinarse hacia una mejor cognición en las personas vespertinas”, añadió West.
Además, en general, obtener las 7 a 9 horas de sueño nocturno recomendadas era lo mejor para la función cognitiva, y dormir menos de 7 o más de 9 horas tenía efectos perjudiciales para la función cerebral, independientemente de si el individuo era noctámbulo o alondra.
El estudio fue Publicado en línea 10 de julio en BMJ Salud Pública.
Un estudio de cohorte de un biobanco del Reino Unido
Los hallazgos se basan en un análisis transversal de 26.820 adultos de entre 53 y 86 años de la base de datos del Biobanco del Reino Unido, que fueron categorizados en dos cohortes.
La cohorte 1 contó con 10.067 participantes (56% mujeres) que completaron cuatro pruebas cognitivas que medían inteligencia fluida/razonamiento, emparejamiento, tiempo de reacción y memoria prospectiva. La cohorte 2
Tuvo 16.753 participantes (56% mujeres) que completaron dos evaluaciones cognitivas (emparejamiento de pares y tiempo de reacción).
Los participantes informaron sobre la duración, el cronotipo y la calidad del sueño. Las puntuaciones de las pruebas cognitivas se evaluaron en función de los parámetros del sueño y de factores de salud y estilo de vida, como el sexo, la edad, las afecciones vasculares y cardíacas, la diabetes, consumo de alcoholhábitos de fumar e índice de masa corporal.
Los resultados revelaron una asociación positiva entre la duración normal del sueño (7-9 horas) y las puntuaciones cognitivas en la cohorte 1 (b = 0,0567), mientras que la duración prolongada del sueño afectó negativamente a las puntuaciones en las cohortes 1 y 2 (b = -0,188 y b = -0,2619, respectivamente).
La preferencia de un individuo por la actividad matutina o vespertina se correlacionó fuertemente con sus puntajes en las pruebas. En particular, los noctámbulos obtuvieron consistentemente mejores resultados en las pruebas cognitivas que los madrugadores.
“Si bien es esencial comprender y trabajar con las tendencias naturales del sueño, es igualmente importante recordar que hay que dormir lo suficiente, ni demasiado tiempo ni demasiado poco”, señaló West. “Esto es crucial para mantener el cerebro sano y funcionando de manera óptima”.
El estudio no encontró una relación significativa entre el sueño insomnio/insomnio y el rendimiento cognitivo, contrariamente a algunos hallazgos previos. Esto puede deberse a que deben tenerse en cuenta aspectos específicos del insomnio, como la gravedad y la cronicidad, así como las condiciones comórbidas, escribieron los investigadores.
Agregaron que la edad y la diabetes surgieron consistentemente como predictores negativos del funcionamiento cognitivo en ambas cohortes, en línea con investigaciones anteriores, agregaron.
Las limitaciones del estudio incluyen el diseño transversal, que limita las inferencias causales, la posibilidad de confusión residual y la dependencia de datos de sueño autoinformados.
Además, el estudio no ajustó el nivel educativo, un factor que puede influir en el rendimiento cognitivo y los patrones de sueño, debido a que los datos estaban incompletos. El estudio tampoco tuvo en cuenta depresión y el aislamiento social, que han demostrado aumentar el riesgo de deterioro cognitivo.
Sin implicaciones en el mundo real
Varios expertos externos ofrecieron su perspectiva sobre el estudio en una declaración del Science Media Centre, una organización británica sin fines de lucro.
El estudio proporciona “perspectivas interesantes” sobre la diferencia en la memoria y el pensamiento en personas que se identifican como personas “matutinas” o “vespertinas”, dijo en el comunicado la Dra. Jacqui Hanley, de Alzheimer’s Research UK.
Sin embargo, sin una imagen detallada de lo que sucede en el cerebro, no está claro si ser una persona matutina o vespertina afecta la memoria y el pensamiento o si una disminución en la cognición está causando cambios en los patrones de sueño, agregó Hanley.
Roi Cohen Kadosh, PhD, CPsychol, profesor de neurociencia cognitiva de la Universidad de Surrey, Guildford, Reino Unido, advirtió que existen “múltiples razones potenciales” para estas asociaciones.
“Por lo tanto, en mi opinión, no hay implicaciones para el mundo real. Temo que el público en general no pueda comprenderlo y cambie su patrón de sueño, mientras que este estudio no ofrece ninguna evidencia de que esto conduzca a algún beneficio”, dijo Cohen Kadosh.
Jessica Chelekis, PhD, MBA, experta en sueño de la Universidad Brunel de Londres, Uxbridge, Reino Unido, dijo que “la principal conclusión debería ser que la creencia cultural de que los madrugadores son más productivos que los ‘búhos nocturnos’ no resiste el escrutinio científico”.
“Si bien todos deberíamos procurar dormir bien todas las noches, también deberíamos intentar saber en qué momento del día estamos en nuestro mejor estado cognitivo y trabajar de la manera que más nos convenga. No se debería avergonzar a los noctámbulos para que se ajusten a un estereotipo que favorece la práctica de ‘acostarse temprano y levantarse temprano’”, afirmó Chelekis.
El estudio fue financiado por el Instituto Coreano de Medicina Oriental en colaboración con el Imperial College de Londres. Las declaraciones de los autores están disponibles en el artículo original. Hanley, Cohen Kadosh y Chelekis no tienen declaraciones relevantes.
2024-07-12 18:26:01
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