Su excelente encuesta sobre el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (“Esto parece real”: ¿estamos cada vez más cerca de un tratamiento para la enfermedad de Alzheimer?, 22 de noviembre) apenas menciona el enfoque más prometedor, que es la prevención de enfermedades. El Alzheimer tiene múltiples causas, e identificar aquellas causas que se pueden modificar es la dirección que debemos tomar. Ya se han identificado factores como el tabaquismo, la presión arterial alta, la glucemia alta, la falta de ejercicio, la nutrición deficiente y las interacciones sociales limitadas. Muchos de estos son modificables por elecciones de estilo de vida y por intervenciones dietéticas específicas.
Por ejemplo, las personas con enfermedad de Alzheimer prodrómica que tenían un estado inadecuado de vitamina B mostraron una disminución de la contracción del cerebro y del deterioro cognitivo cuando se trataron con altas dosis de vitamina B en un ensayo de Oxford. Un informe reciente encontró que los miembros de la cohorte del Biobanco del Reino Unido que tenían diabetes (un factor de riesgo para la demencia) tenían menos riesgo de desarrollar demencia si adoptaban estilos de vida saludables. Si una fracción de la cantidad gastada por las compañías farmacéuticas en ensayos de tratamiento de Alzheimer se gastara en ensayos aleatorios de intervenciones de estilo de vida multidominio, hay muchas esperanzas de que se pueda prevenir gran parte de la enfermedad de Alzheimer en el futuro.
Profesor A David Smith
Gotemburgo, Suecia