La Corte Suprema de Tailandia confirmó el miércoles una sentencia de prisión de varios años para Premchai Karnasuta, un magnate de la construcción que se enfrentó a un juicio por cazar furtivamente y cocinar una pantera negra en un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El incidente de febrero de 2018 en el Santuario de Vida Silvestre Thung Yai Naresuan, que está protegido por su rara flora y fauna, provocó una reacción generalizada.
Premchai fue arrestado por la noche en un campamento en las profundidades del santuario. Los guardaparques lo descubrieron con armas de fuego y varios animales muertos, incluida una pantera negra que fue masacrada y cocinada para hacer sopa.
Fue declarado culpable de caza furtiva y porte de armas sin permiso. El tribunal tailandés le ordenó pagar una parte de una multa de 59.700 dólares, equivalente a 2 millones de baht, y cumplir una sentencia de prisión de tres años y dos meses.
También se ordenó a un cazador y un conductor que fueron arrestados con Premchai que cumplieran penas de prisión y pagaran multas.
El Santuario de Vida Silvestre Thung Yai Naresuan alberga “ejemplos de casi todos los tipos de bosques del sudeste asiático continental”, según el sitio web de la UNESCO. Además, contiene el 77 por ciento de los grandes mamíferos, en particular los elefantes y tigres, el 50 por ciento de las aves grandes y el 33 por ciento de los vertebrados terrestres que se pueden encontrar en la región.
Además de la pantera negra, Premchai y el resto del grupo fueron encontrados con los cadáveres de faisanes y un ciervo, informó Al Jazeera.
Premchai es presidente de Italian-Thai Development PLC, una de las empresas de construcción más grandes y conocidas del país que ha estado involucrada en megaproyectos como la construcción del aeropuerto internacional Suvarnabhumi y el sistema Skytrain de tránsito masivo de Bangkok.
El encarcelamiento de Premchai es un caso raro en el que un tailandés rico e influyente tiene que cumplir una condena por cometer un delito. El público tailandés se ha cansado de los repetidos ejemplos de tailandeses ricos que aparentemente desobedecen la ley con impunidad.
El hombre de 66 años escuchó el veredicto en un tribunal de la provincia occidental de Kanchanaburi. Llegó con un vendaje en un ojo, aunque no estaba claro por qué. El personal del tribunal dijo que después de la comparecencia ante el tribunal, lo llevaron directamente para comenzar su sentencia en una prisión cercana.
Un caso aún sin resolver que involucra a otra de las familias más ricas de Tailandia es el de Vorayuth Yoovidhya, heredero de la fortuna de la familia que es copropietaria de la compañía de bebidas Red Bull.
En repetidas ocasiones evitó reunirse con fiscales durante más de cuatro años, luego de su participación en un accidente automovilístico en 2012 que mató a un oficial de la policía de tránsito. Finalmente huyó al extranjero, tres días antes de que un tribunal emitiera una orden de arresto.
Associated Press contribuyó a este informe.