Dales armas que se maten entre ellos – O País

Por: Edna Matavel

Invadieron su patio trasero, le dispararon al perro que tanto ladraba para advertir a sus dueños que había intrusos en la casa. Fueron al fondo, donde dormía Paito. Derribaron su puerta de zinc, encendieron sus faroles. Se despertó y preguntó qué estaba pasando. Ellos dijeron: ¡Cállate, hijo de puta! Eran cinco hombres bien armados, tres de uniforme y dos no. Uno de ellos tomó el instrumento que le daba poder, golpeó al joven hasta que sangró por las fosas nasales. Yacía en el suelo y el policía le pisó la cara con la bota que llevaba puesta, que era dura como una piedra. Paito cuestionó el motivo de tanta violencia, pero ninguno respondió. Dicen que las autoridades no tienen la responsabilidad de responder a un solo ciudadano.

Su madre escuchó los gritos, abrió la puerta, vio a su hijo esposado y herido. Intentó interrogarlos y recibió un insulto y una bofetada. Se desmayó.

Paito fue arrastrado, amenazado y sin derecho a defenderse. Raquelina, su hermana, se sumergía en el más profundo de los sueños cuando su hermano visitó su cerebro y despertó. Escuchó el ruido que aún se sentía. Saltó de la cama desesperada. La madre estaba tirada en el suelo cuando escuchó que su hermano la llamaba. Corrió hacia la puerta, afuera, vio a su hermano apoyado en los bancos del famoso Mahindra y esposado como un perro callejero. Fijó su mirada en el chofer, era su primo Betinho. No quería creer que la sangre de su sangre observaba la escena sin intervenir. Inmediatamente, fue a despertar a su madre y Mahindra se había ido.

Mamá, no vas a creer quién conduce el auto que llevará al hermano a la comisaría… Es el primo Betinho, el hijo de la tía Rofina.

¡No es posible, hija! ¿Será que los negros no pueden gobernarse a sí mismos? ¿Que es solo darles armas que se maten entre ellos? El poder ha convertido a verdaderos seres humanos en verdaderos idiotas.

Los dos cuestionaron la razón por la cual Paito fue arrestado. Era un hombre de buen carácter. Los vecinos comenzaron a irse y Raquelina fue a la comisaría con su amiga. Cuando llegaron allí, un agente los detuvo en la puerta. Le preguntó incansablemente el motivo de la detención de su hermano y él respondió que su tono de voz era de desacato a la autoridad. Luego preguntó cómo era desafiar la autoridad. Ninguno de ellos respondió, mostraron ignorancia en sus propias palabras, mostrando que para ellos el poder está en el arma y en el uso del miedo como instrumento de dominación.

Me metieron en una celda mientras mi hermano Paito era golpeado del otro lado, vivimos en el neocolonialismo en nuestro propio país. Entonces, uno de ellos me dijo que el hermano estaba siendo arrestado por enseñar a los niños a cantar Povo em Poder. Yo estaba en shock.

Raquelina estuvo encerrada en una celda oscura con insectos durante 24 horas, sin contacto con el mundo exterior. Sufrió violencia psicológica y ninguno de los que tenían el deber de protegerla lo hizo. Al día siguiente, al salir de la celda, recibió la triste noticia de la desaparición física de su hermano. Ella no lo creía y cuando trató de entender por qué, le apuntaron con un arma… Fue doloroso llegar a casa y decírselo a su madre.

Se realizaron funerales y nadie habló de la repentina muerte, ni siquiera los que estaban en el poder. El primo Betinho fue el primero en derramar lágrimas de nostalgia, murió como un perro, a manos de terroristas disfrazados de personas que llevan el cinturón de la paz.

Raquelina decidió tomar un curso de comunicación social, denunciando causas ocultas, documentando hechos. Encontró su refugio en la escritura. Tiempos después, fue arrestada nuevamente, acusada de usar sus textos para romper todas las reglas. Ni siquiera su talento fue respetado. Debe permanecer en el cajón para no despertar a las élites.

Ya casi amanece y Raquelina no llega a casa. La preocupación en el corazón de tu madre es mayor. En horas de la madrugada, la madre salió a la calle y en su pared había una imagen de su hijo Paito pegada a la de Raquelina con una cruz dibujada en la frente. Todos los traumas volvieron, pobre madre, decidió hacer las maletas y regresar a su tierra natal, donde había huido durante años de la guerra civil.

Hoy, ella llora la muerte de sus hijos. Nadie pagará por esto, pero los tuyos pagarán con su propia vida en la búsqueda del bien común y la defensa de los derechos ciudadanos.

2023-05-03 18:27:01
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