El controvertido populista de derecha Javier Milei gana las elecciones presidenciales argentinas | En el extranjero

Afuera del hotel de la capital argentina, Buenos Aires, donde se hospeda Milei, se ha desatado una auténtica celebración popular. Cantan como si fuera (una vez más) una final de un Mundial. “¡La casta política tiene miedo!”, se escucha en cientos de voces. “Milei presidente, Milei presidente”, mientras muchos ondean una bandera amarilla de Milei. La gente ya casi no puede creerlo. Los medios internacionales acuden en masa para capturar a los asistentes llenos de alegría. Milei, un gran admirador de Bolsonaro y Trump, ha atraído mucha atención internacional en los últimos meses.

El año 2023 debería haber sido un año festivo. Argentina está celebrando cuarenta años de democracia ininterrumpida después de la brutal dictadura de los años setenta. Pero la deplorable situación económica arruina a todo el partido. Las elecciones presidenciales también fueron una pesadilla para muchos argentinos: en su opinión, había que elegir entre dos males. Si bien la votación es obligatoria, la participación fue del 76 por ciento. Al final, Milei salió victoriosa. Con más del 90 por ciento de los votos escrutados, tiene el 56 por ciento, lo que significa que Massa ya no podrá superarlo. Milei tiene la tarea casi imposible de hacer que el país sudamericano vuelva a crecer y prosperar. También es controvertido.

Federico (44) y Gabriela (34) tampoco pueden creer su suerte. Están aquí con su hija Nicole, de seis años. “Esto realmente significará un gran cambio para Argentina”, dice Gabriela, quien proviene de Venezuela. Compara la dramática situación económica de Argentina con la de su madre patria. “Con Milei, nuestra calidad de vida ciertamente aumentará”. Su marido añade: “Ahora por fin podemos decir adiós a todos esos populistas que nos robaron”. Cuando se le pregunta si Milei no es también populista, responde “tal vez sí, pero no le gusta dar dinero a la gente”. Él le dará trabajo, según Federico. Juntos tienen una fábrica de muebles y se dedican al comercio de criptomonedas. Saludan de todo corazón el hecho de que Milei quiera dolarizar la economía. “Por fin podemos volver a hacer negocios en el extranjero sin problemas”, sonríe Federico.

Desde el sábado por la noche está en vigor en todo el país una prohibición del alcohol, en parte destinada a garantizar que las elecciones se desarrollen de la forma más ordenada posible, así como a dar a los argentinos espacio y tiempo para la reflexión. Eso resultó ser necesario. Tras la primera vuelta de octubre, quedaban dos candidatos: el actual ministro de Economía Sergio Massa (51) y el populista de ultraderecha Javier Milei (53). Los dos se enfrentaron en un contexto de inflación del 142 por ciento y un 40 por ciento de argentinos que viven por debajo del umbral de pobreza.

En parte debido a esto, estas fueron elecciones cargadas e históricas con la economía y la reducción de la pobreza como los temas más importantes. Milei y su partido político La Libertad Avanza se destacaron especialmente por sus controvertidos planes y por el hecho de que regularmente hacía campaña con una motosierra: hay que reducir el gobierno y hay que acabar con la “casta política”. También quiere abolir el banco central, dolarizar completamente la economía y abolir la educación gratuita. Sus comentarios misóginos y su plan para permitir el tráfico de órganos y relajar la posesión de armas levantan muchas sorpresas. Muchos temen por el estado de la democracia, aunque Milei no tiene mayoría en el parlamento. La pregunta es cómo quiere implementar sus controvertidos planes. El próximo 10 de diciembre Javier Milei tomará posesión como nuevo presidente de Argentina.