El ejercicio regular revierte una predisposición genética al cáncer

En pacientes con síndrome de Lynch, que están genéticamente predispuestos a desarrollar cáncer de colon a una edad temprana, el ejercicio intenso puede reducir el riesgo de cáncer.

Nuestra vida es el resultado de la interacción entre los genes legados por nuestros padres (genética) y todas las modificaciones que nuestro estilo de vida provoca que experimenten estos genes (epigenética).

Por lo tanto, no todo se decide al nacer: por ejemplo, se puede nacer con un gen que predispone a la obesidad o incluso a sufrir cáncer, pero, salvo raras excepciones (cánceres pediátricos o determinadas enfermedades genéticas graves), estos genes son sólo uno de los los aspectos implicados en el desarrollo de estas enfermedades, una predisposición genética muy real, pero que, sin embargo, sigue estando fuertemente influenciada por una serie de factores externos, en particular por nuestros hábitos de vida.

Somos lo que hacemos de nuestros genes, de nuestra forma de vida.

Síndrome de Lynch

Síndrome de Lynch (cáncer colorrectal hereditario sin poliposis) [HNPCC]) es un buen ejemplo de una predisposición genética que aumenta el riesgo de cáncer. Este síndrome aumenta dramáticamente el riesgo de cáncer colorrectal (60% de riesgo de desarrollar la enfermedad a lo largo de la vida) debido a mutaciones que interfieren con la reparación del ADN y promueven así la aparición de células anormales que pueden volverse cancerosas.

El síndrome de Lynch se encuentra entre los síndromes de cáncer hereditario más comunes y afecta aproximadamente a una de cada 300 personas, y también se asocia con un mayor riesgo de tumores de endometrio, estómago, tracto urinario, páncreas, vesícula biliar y cerebro.

Mitigar el riesgo

El ejercicio representa un enfoque muy interesante para mitigar el riesgo de cáncer que amenaza a las personas con síndrome de Lynch.

Por un lado, varios estudios han demostrado que la actividad física regular se asocia con una reducción significativa (20%) de varios tipos de cáncer, incluido el colorrectal.1.

Por otro lado, un análisis retrospectivo de pacientes con síndrome de Lynch reveló que aquellos que eran más activos (aproximadamente una hora de caminata por día) tenían aproximadamente un 30% menos de riesgo de cáncer colorrectal en comparación con aquellos que eran sedentarios.2.

Un estudio reciente sugiere que este efecto protector puede estar relacionado con la acción antiinflamatoria y la mejora de la respuesta inmune del ejercicio.3.

En este estudio, los investigadores reclutaron voluntarios diagnosticados con síndrome de Lynch, pero a quienes no se les había diagnosticado cáncer colorrectal. Los separaron en dos grupos, un grupo de control sin actividad física y un grupo de intervención, donde los participantes fueron sometidos a un entrenamiento regular en una bicicleta estática durante un año.

Los análisis bioquímicos de las muestras de sangre tomadas durante el procedimiento indican que el ejercicio provoca una disminución significativa de los niveles de prostaglandina E2, una molécula inflamatoria que juega un papel muy importante en el desarrollo del cáncer colorrectal.

También observaron que los pacientes sometidos al programa de ejercicio tenían mayores cantidades de linfocitos T CD8+ y células NK (natural killer) en la sangre, dos tipos de células inmunes implicadas en el reconocimiento y eliminación de las células cancerosas.

Por tanto, estos resultados sugieren que el ejercicio influye positivamente en los sistemas inmunológicos innato y adaptativo y que esta modulación de la inmunidad desempeña un papel clave en sus efectos anticancerígenos.

Este mecanismo se conserva en personas genéticamente predispuestas al cáncer colorrectal, lo que les brinda la oportunidad de adoptar un estilo de vida activo para superar los genes malos.

Una prueba más de que nuestro estilo de vida es verdaderamente decisivo para nuestra salud y que las elecciones diarias que hacemos (dieta, ejercicio, sueño, regulación de nuestro peso corporal) juegan un papel determinante en nuestra salud, incluso con las peores predisposiciones genéticas a una enfermedad como grave como el cáncer.

No somos víctimas indefensas de la acción de nuestros genes, como a muchos les gusta pensar.

♦ 1. McTiernan A y coll. La actividad física en la prevención y supervivencia del cáncer: una revisión sistemática. Medicina. Ciencia. Ejercicio deportivo. 2019; 51:1252-1261.

♦ 2. Dashti SG y coll. Actividad física y riesgo de cáncer colorrectal en el síndrome de Lynch. En t. J. Cáncer 2018; 143:2250-2260.

♦ 3. Deng N et coll. El entrenamiento físico reduce la respuesta inflamatoria y promueve la inmunidad asociada a la mucosa intestinal en el síndrome de Lynch. Clínico. Res. Cáncer.publicado el 19 de septiembre de 2023.

2023-11-20 00:48:36
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