Elis y Tom, en una cita épica

Desde su llegada a los cines el 21 de septiembre, el documental Elis y Tom: Tenía que ser contigo Ha provocado grandes reacciones.

Los aficionados primerizos quedan conmovidos por la claridad del canto de Elis Regina, la belleza de las composiciones de Tom Jobim y cómo la tensión del primer encuentro entre ambos –aumentada por la presencia de César Camargo Mariano, pianista, arreglista y en ese momento casado con el cantante– – generó un trabajo tan esencial.

Los estudiosos del universo musical están encantados con la rareza de las escenas en las que Elis, un poco borracha, critica los malos modales de Tom (acompañado en sus insultos por el bajista Luizão Maia) y con los testimonios del baterista Paulo Braga y del guitarrista Hélio Delmiro, fundamentales en la éxito del álbum. Finalmente, un espectador más desprevenido y menos musical descubrirá finalmente que Elis Regina es más que esa chica de amplia sonrisa que aparece en un anuncio de coches.

Ante todo esto, ¿qué hay de nuevo que poner sobre la mesa a la luz de lo que ya se ha escrito y comentado tanto? Pues aquí viene la noticia: la actriz Alice Braga adquirió los derechos para transformar la historia de la grabación del álbum en una película de producción internacional.

A ella, por supuesto, le corresponderá revivir en la pantalla el magnetismo de la mayor cantante brasileña de todos los tiempos. Pero hasta que llegue el momento, vayamos al documental.

Elis y Tom: Tenía que ser contigo es un registro de las grabaciones de uno de los clásicos de la música brasileña y de cómo el poder de la música supera cualquier adversidad.

En 1974, año en que se grabó el álbum, la cantante fue un éxito popular, pero objeto de desprecio por parte del pensamiento abandonado debido a su participación en los Juegos Olímpicos del Ejército, que tuvieron lugar dos años antes.

Jobim, a su vez, tenía prestigio pero se sentía abandonado por el público brasileño: vivía autoexiliado en Los Ángeles. Un día, Phillips, la discográfica que tenía contrato a Elis, decidió hacerle un regalo a su estrella por sus diez años en la compañía.

A Roberto de Oliveira, manager de Elis, se le ocurrió la idea de unir en un álbum a su artista con uno de los padres de la bossa nova. Oliveira, en el orgullo de sus 25 años, también tuvo la idea de grabar las grabaciones con una cámara de 35 milímetros junto a Tom Job Azulay. La discreción con la que Oliveira registra este momento sitúa al espectador en medio del estudio de Los Ángeles, donde se creó esta obra maestra.

Las primeras reuniones estuvieron marcadas por la animosidad. Jobim nunca fue fanático del estilo franco de Elis y la habría llamado “gauchinha con olor a barbacoa” cuando fue a una audición para el musical. Pobre niña ricade 1964.

La cantante vio en Jobim un reflejo de su exmarido, Ronaldo Bôscoli, mentor intelectual de la bossa nova, un matrimonio que acabó en peleas y resentimientos.

El ambiente se agrió enseguida cuando el maestro quiso sacar a Mariano de su rol de arreglista a cambio de un profesional más experimentado. Elis casi abandonó el proyecto. En una de las declaraciones más curiosas de la película, João Marcello Bôscoli, hijo de la cantante, llama la atención sobre el hecho de que ella aparece bizca (Elis era bizca). Para él, siempre fue una señal de que la llamada “pimienta” había perdido la paciencia.

Al final, ganó la música. La idea de Mariano de cambiar los instrumentos acústicos por eléctricos resultó exitosa porque las canciones aún tienen un sonido contemporáneo hasta el día de hoy; Elis y Tom se llevan bien y este momento de felicidad surge del dúo que forman el dúo al principio de la película, cuando Tom interpreta una canción de Ary Barroso o cuando interpretan el magistral dúo de Aguas de marzo. La película va más allá y muestra que existía un plan para internacionalizar la carrera de Elis, inicialmente con un álbum en colaboración con el saxofonista Wayne Shorter, en una de sus últimas declaraciones en vida (murió en marzo de este año).

Un aspecto que queda muy claro en Solo tenía que ser contigo es que Elis perfeccionó su personalidad musical y personal en un ambiente estrictamente masculino.

Salvo el tímido testimonio de Beth Jobim, la hija del compositor, los protagonistas de la historia son sólo figuras masculinas. Porque Elis, como pocos, destacó no sólo por la increíble calidad de su canto sino también por la forma en que incentivó a los ejecutivos y empresarios de la industria musical a mantener la calidad de su trabajo –que comenzó con el olvidable ¡Viva Brotolândia!de 1961, donde querían que se transformara en una nueva Cely Campello.

El apodo de Pimentinha puede incluso deberse a su temperamento explosivo, pero hay que entenderlo como la actitud de una persona que decidió no dejar que nadie vuelva a controlar su trabajo.

Es esta Elis decidida, obstinada pero extremadamente talentosa quien aparece entre líneas de Elis y Tom: Tenía que ser contigo. Que Alice Braga sepa honrar el compromiso que la cantante tenía con su dueño musical.




Sergio Martín




2023-11-05 04:33:42
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