Gran Bretaña acumuló un déficit récord en su cuenta corriente a principios de 2022, en parte debido al aumento del costo de sus importaciones de combustible, según datos que las autoridades advirtieron que podrían revisarse.
El déficit de la balanza de pagos, una medida de cuánto depende el país del dinero del extranjero, se disparó a 51.700 millones de libras (62.800 millones de dólares) o el 8,3% del producto interno bruto en el período enero-marzo.
Los datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales también mostraron la creciente presión sobre los hogares a medida que su ingreso real disponible se contrajo durante el período más largo registrado.
La oficina de estadísticas dijo que las cifras de la cuenta corriente estaban sujetas a más incertidumbre de lo habitual debido al impacto de los cambios posteriores al Brexit en la forma en que se recopilan los datos para las importaciones de bienes y la inversión extranjera directa, que están siendo investigados.
Los economistas encuestados por Reuters esperaban un déficit de poco menos de 40.000 millones de libras.
El déficit fue el mayor en los registros que se remontan a 1955.
Samuel Tombs, economista de Pantheon Macroeconomics, dijo que los precios del petróleo y el gas habían subido aún más desde principios de 2022 y que la brecha de la cuenta corriente de Gran Bretaña se vería afectada aún más a medida que se reanudara el turismo, lo que provoca que el dinero fluya fuera del país.
“Dado que el déficit de la cuenta corriente seguirá siendo grande en los próximos trimestres, la libra esterlina seguirá siendo muy sensible a las tendencias mundiales en el apetito por el riesgo”, dijo Tombs.
La libra esterlina está en camino de su mayor caída de seis meses frente al dólar estadounidense desde 2016, el año del referéndum del Brexit, pero cambió poco después de las cifras del jueves.
Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra, advirtió en 2016 que Gran Bretaña dependía de la “amabilidad de los extraños” para financiar su déficit de cuenta corriente.
La oficina de estadísticas dijo que la cuenta principal volvió a estar en rojo después de un superávit inusual en los últimos tres meses de 2021, ya que los flujos relacionados con la inversión, incluidos los dividendos, que salieron del país superaron los ingresos de los activos británicos en el extranjero.
Excluyendo el efecto del comercio de metales preciosos, que la oficina considera una distorsión debido al papel de Londres como centro de comercio de oro, el déficit de cuenta corriente igualó un récord anterior de los últimos tres meses de 2015 en 7,1% del PIB.
PRESIÓN DE LA INFLACIÓN
La oficina de estadísticas también dijo que una medida de los ingresos disponibles de los hogares cayó en términos reales por cuarto trimestre consecutivo, la racha más larga registrada, lo que subraya la escala del impacto de la inflación en los consumidores.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, dijo el miércoles que estaba “muy claro” que la economía británica se encontraba en un punto de inflexión y comenzaba a desacelerarse.
Muchos economistas esperan que la economía se contraiga en el período de abril a junio debido a la inflación en un máximo de 40 años del 9,1%, un feriado bancario adicional y el fin de los programas masivos de pruebas y vacunación de COVID-19. Pero se espera que la economía vuelva a crecer, aunque débilmente, en el tercer trimestre.
La economía británica creció un 0,8% en los primeros tres meses de 2022, el mismo ritmo que se pensaba anteriormente, dijo la oficina de estadísticas. El producto interno bruto fue un 0,7% mayor que en el cuarto trimestre de 2019, el último trimestre completo antes de la pandemia de COVID-19.
Los hogares no recurrieron más a sus ahorros de confinamiento para financiar sus gastos. La tasa de ahorro se mantuvo en el 6,8% de la renta disponible, todavía por encima de su nivel del 6,0% inmediatamente antes de la pandemia.
($1 = 0.8228 libras)