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MADRID (AP) — El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, llamó la atención del público el lunes cuando declaró que la alianza militar pronto colocaría 300.000 soldados en alta preparación en respuesta al belicismo de Rusia.
También llamó la atención de algunos miembros de la alianza.
Cuando cientos de funcionarios, diplomáticos y periodistas se reunieron en Madrid el martes para la cumbre de la OTAN de esta semana, muchos reaccionaron con sorpresa ante la cifra, que equivaldría a más de siete veces la fuerza de respuesta existente de la OTAN. La gente estaba desconcertada sobre qué quería decir exactamente el secretario general. Se preguntaron cómo se había calculado el número y qué tipo de tropas estarían involucradas. No estaba claro si implicaría costos adicionales.
Si bien los miembros de la OTAN están unidos en el deseo de colocar más armas a lo largo del flanco este de la alianza, e incluso están de acuerdo en que debería haber más fuerzas preparadas para dirigirse rápidamente al este si es necesario, la especificidad del número aún deja dudas incluso a los expertos.
Hasta ahora, los funcionarios han interpretado la figura como una redesignación de las fuerzas que ya existen, esencialmente haciendo que más tropas estén disponibles para moverse con poca antelación, en lugar de obtener miles de nuevas tropas.
El número se deriva de “fuerzas en varios niveles de preparación”, dijo un alto diplomático, quien lo llamó un “cambio de juego” y un regreso al enfoque utilizado durante la Guerra Fría.
La propia OTAN advirtió que el plan no estaba destinado a estar completamente formado en este momento.
“Los detalles del modelo de fuerza de la OTAN, incluida su escala y composición precisas, continúan desarrollándose”, dijo un funcionario de la OTAN. “Se prevé que la transición al modelo se complete en 2023”.
La situación ilustra el equilibrio que la OTAN ha tenido que lograr desde que Rusia lanzó su asalto a Ucrania. La alianza quiere proyectar que se está moviendo con presteza para evitar que la guerra de Moscú se extienda al territorio de la OTAN. Pero también debe discutir los detalles con 30 aliados que no siempre están de acuerdo sobre cómo usar los recursos limitados.
Entonces, aunque nadie expresó serias reservas sobre la cifra de 300,000 del lunes, numerosos funcionarios se apresuraron a señalar que no representaba un plan completo. Y, enfatizaron, no necesariamente indicaba una expansión a gran escala de las fuerzas armadas, sino más bien un intento de hacer un mejor uso de las fuerzas existentes.
Si bien hay apoyo para un nuevo modelo, el número “no es algo que las naciones aprueben”, dijo un diplomático occidental, que habló bajo condición de anonimato. Estas tropas, según el diplomático, “no son nuevas”.
El cambio es parte de una reestructuración más amplia que los aliados aprobarán en la cumbre de esta semana. El objetivo es colocar armas a lo largo del flanco este y luego designar más fuerzas para entrenar en la región y estar listas para desplegarse allí desde sus países de origen si es necesario.
Actualmente, dijo el funcionario de la OTAN, los aliados pueden poner a disposición aproximadamente 40.000 soldados con un aviso de 15 días. El plan es ampliar esa cifra a “mucho más de 300.000 soldados”, agregó el funcionario.
El canciller alemán Olaf Scholz, cuyo gobierno se comprometió a asignar tropas para defender Lituania si fuera necesario, dijo el martes que Alemania haría una contribución “apropiada” a estos planes.
“Podremos apoyar la decisión conjunta de la OTAN con nuestra contribución alemana adecuada”, dijo Scholz en respuesta a una pregunta sobre el número 300.000. “Las decisiones de este tipo solo deberían ser posibles si hemos considerado de antemano si también podemos participar”.
Más tarde ese día, Berlín dijo que designará 15.000 soldados para la fuerza de alta disponibilidad.
Además, La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, dijo que Alemania está lista para proporcionar “alrededor de 65 aviones y 20 barcos”.
El funcionario de la OTAN enfatizó que Stoltenberg está sincronizado con todas las capitales de la alianza.
“El secretario general consulta de cerca con todos los aliados como presidente del Consejo del Atlántico Norte”, dijo el funcionario. “También es el principal vocero de la organización y hace muchos anuncios en esta capacidad”.
Cristina Gallardo contribuyó con el reportaje.