Las autoridades chinas han dejado en claro durante mucho tiempo sus dudas sobre las criptomonedas. Nada de eso le impidió convertirse en la capital mundial de las criptomonedas.
Ya en 2013, el gobierno prohibió a los bancos usar Bitcoin y otras criptomonedas. En 2017, también se prohibieron los intercambios nacionales y las ofertas iniciales de monedas.
Y este año, prohibió la minería, el proceso matemático mediante el cual se crean nuevos Bitcoins y otras monedas.
Ahora, el Banco Popular de China (PBoC) ha decidido que cualquier negocio relacionado con monedas virtuales es ilegal. Es la prohibición para acabar con todas las prohibiciones.
Así que no es algo inesperado, dada esa larga historia. La pregunta es por qué ahora.
La razón oficial es porque la especulación con criptomonedas “altera el orden económico y financiero y genera actividades ilegales y delictivas”, según el PBoC.
Bueno, siempre ha sido así. Y no está claro cuánto cripto se usa realmente en China, y mucho menos para esas actividades nefastas.
Sugeriría otras dos razones.
El primero es la sed de control permanentemente insaciable del Partido Comunista Chino.
Hemos visto todo tipo de medidas enérgicas regulatorias aquí este año, desde tecnología hasta televisión y educación, destinadas a reafirmar la posición del Partido.
Incluir monedas virtuales en la lista, ya que existen fuera del alcance del Partido, encaja perfectamente en eso. Si todas las demás instituciones están ampliando su poder mediante la regulación, el PBoC no perderá su oportunidad.
En segundo lugar, las preocupaciones sobre la economía. Hasta ese punto, la explicación oficial tiene algún sentido.
Pero hay una historia más grande. Mucha gente se está preparando para una desaceleración económica, especialmente con el temor de que el gigante inmobiliario Evergrande vaya a la quiebra y las implicaciones de eso para la economía en general.
La represión y la desaceleración tienen el mismo resultado natural: personas que desean sacar su dinero de China. Las criptomonedas son una de las formas más efectivas de hacerlo, dados los estrictos controles de flujo de capital de China.
Y entonces la prohibición llega en un momento muy oportuno.