Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han tenido una pandemia grave y está empeorando. Se ha descubierto que el equipo que se supone que ofrece una guía científica creíble e imparcial está politizando la política de virus.
El New York Post informó durante el fin de semana que los CDC consultaron al director de la Federación Estadounidense de Maestros (AFT), Randi Weingarten, al redactar sus pautas para la apertura de escuelas. La cronología de esta intervención política no científica es incluso peor de lo que parece.
A principios de febrero, la nueva directora de los CDC, Rochelle Walensky, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa que “las escuelas pueden reabrir de manera segura y que la reapertura segura no sugiere que los maestros deban vacunarse”. UPS. Se olvidó de consultar la opinión experta de la Sra. Weingarten, una importante partidaria del presidente Biden.
Después de que los sindicatos aullaran, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que la Dra. Walensky estaba hablando en su “capacidad personal”, sin brindar “orientación oficial” de los CDC. Un par de semanas más tarde, los CDC implementaron las pautas oficiales de reapertura de escuelas que recomendaban que se les diera “alta prioridad” a los maestros para las vacunas y curiosamente se hicieron eco de otras demandas sindicales.
Ahora sabemos por qué. Los correos electrónicos obtenidos por el New York Post mostraron que el sindicato AFT revisó un borrador de los CDC e hizo recomendaciones que los funcionarios sindicales dijeron que “fortalecerían el documento”. El CDC adoptó dos de las sugerencias del sindicato casi literalmente.
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