A medida que la economía registró un crecimiento laboral decepcionante en septiembre, la división entre aquellos con y sin educación universitaria volvió a ser marcada.
El empleo para los titulares de una licenciatura aumentó en 169.000, y la tasa de desempleo para ese grupo cayó al 2,5 por ciento desde el 2,8 por ciento en agosto. Por el contrario, entre aquellos con un diploma de escuela secundaria pero sin estudios universitarios, el empleo se redujo en 394.000. Su tasa de desempleo se redujo a un 5,8 por ciento desde un 6 por ciento, pero solo porque casi 500.000 personas abandonaron el mercado laboral.
Los trabajos de cuello blanco, que tienden a ir abrumadoramente a los graduados universitarios, tienen una ventaja ya que la economía tiene en cuenta el coronavirus: se pueden realizar de forma remota en muchos casos. Los trabajadores con menos educación tienen más probabilidades de trabajar en entornos cara a cara que se han visto gravemente afectados por la pandemia.
“Aún estamos por debajo de cinco millones de empleos con respecto a los niveles previos a la pandemia, y 1.6 millones de esos empleos son de ocio y hotelería”, dijo Scott Anderson, economista jefe de Bank of the West en San Francisco. “Todavía hay muchas personas que no se han recuperado de esta pandemia”.
Los hogares de menores ingresos están bajo estrés adicional por el aumento de los precios de la energía, agregó, así como por el aumento de los costos de atención médica y los alquileres. “No se están beneficiando de los altos precios de la vivienda”, dijo Anderson. “Necesitan apoyo gubernamental adicional para capear la tormenta”.
Después de una pausa durante lo peor de la pandemia en 2020, muchas grandes empresas están contratando nuevamente, y los estudiantes de último año de la universidad y los recién graduados se están beneficiando, según los reclutadores y las agencias de colocación. Por otro lado, la propagación de la variante Delta ha desacelerado la actividad entre algunos empleadores de trabajadores menos calificados.
“Estaba un poco más animado antes de la variante Delta”, dijo Plinio Ayala, director ejecutivo de Per Scholas, un grupo sin fines de lucro que brinda capacitación en habilidades a jóvenes en áreas urbanas para prepararlos para carreras tecnológicas. “Ha ralentizado las cosas significativamente”.