Home » Los descubrimientos médicos del siglo XIX de Louis Pasteur siguen salvando vidas

Los descubrimientos médicos del siglo XIX de Louis Pasteur siguen salvando vidas

by admin
Los descubrimientos médicos del siglo XIX de Louis Pasteur siguen salvando vidas

La cerveza y el vino fueron fundamentales para la economía de Francia e Italia en el siglo XIX. No era raro durante la vida de Pasteur que los productos se echaran a perder y se volvieran amargos o peligrosos para beber. En ese momento, la noción científica de “generación espontánea” sostenía que la vida puede surgir de la materia no viva, que se creía que era la culpable de que el vino se echara a perder.

Mientras que muchos científicos intentaron refutar la teoría de la generación espontánea, en 1745, el biólogo inglés John Turberville Needham creía que había creado el experimento perfecto que favorecía la generación espontánea. La mayoría de los científicos creían que el calor mataba la vida, por lo que Needham creó un experimento para demostrar que los microorganismos podían crecer en los alimentos, incluso después de hervirlos. Después de hervir el caldo de pollo, lo colocó en un matraz, lo calentó, luego lo selló y esperó, sin darse cuenta de que el aire podría regresar al matraz antes de sellarlo. Después de un tiempo, los microorganismos crecieron y Needham reclamó la victoria.

Sin embargo, su experimento tenía dos fallas importantes. Por un lado, el tiempo de ebullición no fue suficiente para matar todos los microbios. Y lo que es más importante, sus matraces permitieron que el aire volviera a entrar, lo que permitió la contaminación microbiana.

Para resolver la batalla científica, la Academia de Ciencias de Francia patrocinó un concurso para el mejor experimento para probar o refutar la generación espontánea. La respuesta de Pasteur al concurso fue una serie de experimentos, incluido un ensayo de 1861 que ganó un premio.

Pasteur consideró uno de estos experimentos como “inexpugnable y decisivo” porque, a diferencia de Needham, después de esterilizar sus cultivos, los mantuvo libres de contaminación. Al usar sus ahora famosos matraces con cuello de cisne, que tenían un cuello largo en forma de S, permitió que el aire fluyera y al mismo tiempo evitaba que las partículas que caían alcanzaran el caldo durante el calentamiento. Como resultado, el matraz permaneció libre de crecimiento durante un período prolongado. Esto demostró que si no se permitía que el aire entrara directamente en sus infusiones hervidas, entonces no aparecerían “microorganismos vivos, incluso después de meses de observación”. Sin embargo, lo que es más importante, si se introducía polvo, aparecían microbios vivos.

A través de ese proceso, Pasteur no solo refutó la teoría de la generación espontánea, sino que también demostró que los microorganismos estaban en todas partes. Cuando demostró que la comida y el vino se echaban a perder debido a la contaminación de bacterias invisibles y no a la generación espontánea, nació la moderna teoría de los gérmenes de la enfermedad.

You may also like

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More

Privacy & Cookies Policy