Estados Unidos y sus aliados del Grupo de los 7 se comprometieron el martes a gastar 4.500 millones de dólares este año para ayudar a garantizar la seguridad alimentaria en todo el mundo, buscando contrarrestar la escasez mundial de alimentos causada por la invasión rusa de Ucrania.
Los líderes del G7 dijeron en un comunicado que el dinero se usaría para aliviar lo que llamaron una “crisis multidimensional” que ha dejado a 323 millones de personas en todo el mundo en alto riesgo de escasez de alimentos, un récord.
“Reiteramos nuestro llamado urgente a Rusia para que, sin condiciones, ponga fin a su bloqueo de los puertos ucranianos del Mar Negro, la destrucción de la infraestructura portuaria y de transporte clave, los silos de granos y las terminales”, dijo el comunicado. “Estos solo pueden evaluarse como un ataque motivado geopolíticamente a la seguridad alimentaria mundial”.
Estados Unidos y sus aliados occidentales se esfuerzan por encontrar nuevas formas de aumentar la presión sobre Rusia y apuntalar la economía global, luego de que cuatro meses de sanciones contra Moscú y el apoyo militar a Ucrania no lograron frenar la agresión de Rusia. En la cumbre del G7 y una reunión de la OTAN que comienza el martes, el presidente Biden y otros líderes intentaron demostrar su determinación de seguir castigando a Rusia incluso cuando su guerra hace subir los precios de los alimentos y la energía.
Los precios de los alimentos en todo el mundo han aumentado desde la invasión rusa, que ha cortado las exportaciones de cereales de Ucrania y ha reducido los envíos de trigo y aceite de Rusia. Juntos, los dos países suelen exportar alrededor del 30 por ciento del trigo y el 75 por ciento del aceite de girasol del mundo. La escasez ha causado alarma en todo el mundo, con estimaciones de que podría empujar a 40 millones de personas a la pobreza.
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Estados Unidos comprometerá más de la mitad de los nuevos fondos para la seguridad alimentaria (2.700 millones de dólares) que serán financiados por la legislación de ayuda a Ucrania de 40.000 millones de dólares aprobada por el Congreso el mes pasado, según la Casa Blanca.
La promesa de 4500 millones de dólares no va a resolver la escasez mundial. Pero un comunicado emitido por la Casa Blanca dijo que 2.000 millones de dólares de la ayuda estadounidense se utilizarían para la intervención humanitaria directa en áreas que enfrentan hambre o hambruna inmediata. Los otros $760 millones se invertirían en mejorar los sistemas de entrega de alimentos a corto y mediano plazo.
“Estas nuevas inversiones respaldarán los esfuerzos en más de 47 países y organizaciones regionales para respaldar los planes regionales para abordar las crecientes necesidades”, dijo la Casa Blanca en su comunicado.
Entre los problemas que aún no se han resuelto está un esfuerzo de Estados Unidos y sus aliados europeos para liberar el grano ucraniano que está atrapado en el país por los bloqueos rusos.
Un funcionario de la Casa Blanca, que solicitó el anonimato para discutir conversaciones privadas entre los líderes del G7, dijo que encontrar una manera de liberar el grano y llevarlo a los mercados mundiales de alimentos estaba en lo más alto de la lista de prioridades para Biden y sus homólogos. . Pero el funcionario se negó a decir si los líderes se habían decidido por algún plan específico para lograr ese objetivo.
El presidente Vladimir V. Putin de Rusia ha propuesto liberar el grano a cambio de un alivio de las sanciones, una propuesta que Biden y los demás líderes han rechazado. Funcionarios europeos han acusado a Putin de “crímenes de guerra” por utilizar los alimentos como herramienta de negociación.
“Las acciones de Vladimir Putin han estrangulado la producción de alimentos y agricultura y han utilizado los alimentos como arma de guerra”, dijo la Casa Blanca en su comunicado.