Pero el esfuerzo fracasó por segunda vez el martes, después de que Manchin intentara previamente adjuntar el proyecto de ley a la resolución continua de septiembre que evitó el cierre del gobierno.
Las provisiones de Manchin no eran todas intrínsecamente malas. Buscaron promover la construcción de nuevas líneas de transmisión eléctrica, que se necesitan con urgencia para alcanzar las emisiones netas cero. Y para ser justos, la oposición a los proyectos de infraestructura energética puede tener sus raíces en los fundamentos de Nimby-esque; los permisos acelerados pueden ayudar a impulsar la construcción de la infraestructura verde que se necesita con urgencia.
Pero el enfoque de Manchin, destacado por su sed de un gasoducto de gas natural, no capturó esos beneficios potenciales. Los demócratas no tienen que tirar por la borda todo el proyecto de ley, pero tampoco deben dejar la lucha por permitir la reforma al demócrata más conservador del Congreso.