Las innovaciones financieras a menudo se sienten como una locura al principio. ¿Pagar facturas con un pedazo de plástico miserable? ¿Obtener dinero en efectivo de una máquina sin rostro en lugar de un cajero de banco? ¿Dejar de intentar ganarle al mercado y simplemente poseer todas las acciones, incluidas las malas?
Sin embargo, las tarjetas de crédito, los cajeros automáticos y los fondos indexados hicieron que el mundo financiero fuera más fácil, seguro y conveniente para millones de personas. Una de las ideas más locas en años, las NFT, podría hacer lo mismo.
Ha oído hablar de los tokens no fungibles incluso si todavía no sabe qué son, porque la gente que los compra parece muy loca. En febrero, un NFT que representa el video meme de Nyan Cat, que parece un Pop-Tart felino arrastrando un arco iris por el espacio exterior, se vendió por más de $ 500,000. Un video NFT de LeBron James clavando una pelota de baloncesto se vendió por $ 208,000. El 11 de marzo, un NFT adjunto a un collage digital del artista conocido como Beeple se vendió en Christie’s por 69 millones de dólares.
Aunque estos precios son desconcertantes —y pueden, de hecho, ser una locura— los NFT podrían resolver problemas que han acosado al mundo del arte y otros mercados durante siglos. Piense en un token no fungible como un número de serie digital único que certifica la autenticidad y el historial de propiedad de un objeto asociado.
Esa información, junto con otros datos, se registra en una cadena de bloques. Este es un libro mayor, o registro inmutable, que reside en una red descentralizada de computadoras en todo el mundo. La tecnología blockchain sustenta bitcoin y ethereum, las principales criptomonedas. Cualquiera de los millones de usuarios del libro mayor puede verificar instantáneamente que la información es precisa y completa.
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