El primer paso es verter gasolina en la colmena. Entonces es hora de esperar. El trabajo está terminado cuando la colmena se quema al día siguiente.
Desde la semana pasada, este ciclo se repite cerca de un puerto en el este de Australia, como parte de un esfuerzo del gobierno para proteger la multimillonaria industria de la miel del país.
Se han destruido millones de abejas para ayudar a contener la propagación del mortal ácaro varroa, que reapareció en el país la semana pasada cerca del Puerto de Newcastle.
“Australia es el único país productor de miel importante libre del ácaro varroa”, dijo Satendra Kumar, director de protección vegetal del estado de Nueva Gales del Sur, donde se descubrió la plaga el viernes. Si el ácaro varroa se estableciera en Australia, dijo, podría costarle a la industria de la miel del país más de $70 millones al año, además de su efecto en los cultivos que dependen de la polinización de las abejas.
La industria agrícola mundial ya se está recuperando de los precios más altos de fertilizantes, combustibles y maquinaria, así como de los problemas en la cadena de suministro causados por la pandemia de coronavirus. La guerra de Ucrania es un golpe adicional.
Las autoridades ordenaron un cierre virtual de las colmenas en el área afectada del estado. Normalmente, las colmenas se trasladan de un lugar a otro, un proceso crucial para la industria hortícola australiana de 15.000 millones de dólares porque se utilizan para ayudar a polinizar los cultivos.
Los ácaros, que son de color marrón rojizo y tienen el tamaño aproximado de una semilla de sésamo, pueden propagarse de una abeja a otra y a través del equipo de apicultura, incluidos los panales extraídos. Si no se tratan, los ácaros podrían matar a toda una colonia de abejas melíferas, dijo el gobierno.
No es fácil contener el ácaro, e incluso la agencia gubernamental de Nueva Gales del Sur a cargo del esfuerzo de erradicación reconoce que “generalmente se acepta que es inevitable que los ácaros varroa eventualmente se establezcan en Australia”.
Aún así, el gobierno está tratando de posponer lo inevitable. Se considera que las incursiones anteriores, en 2016, 2019 y 2020, se erradicaron con éxito, según el Departamento de Agricultura y Pesca de Queensland.
Uno de los mayores desafíos en el esfuerzo de contención actual es determinar la ubicación de las colmenas infectadas y mapear su propagación en una vasta región, según Danny Le Feuvre, director interino del Consejo Industrial Australiano de Abejas de Miel. Es necesario contener el Puerto de Newcastle y las colmenas dentro de un radio de 31 millas, dijo.
El puerto es un importante destino de envío y uno de los centros de exportación de carbón más activos del mundo.
El Sr. Feuvre y su equipo se han asociado con al menos 300 apicultores para visitar fincas y ayudar a las autoridades en sus campañas de inspección. Lavan las colmenas con alcohol y usan tapetes adhesivos para verificar si las abejas están infectadas con los ácaros.
Hasta ahora, al menos 600 colmenas, cada una con unas 30.000 abejas, han sido destruidas en la zona, dijo.
Pero las autoridades han encontrado al menos nueve lugares más con infecciones, uno a 235 millas de distancia, cerca de la ciudad de Dubbo. Muchas más abejas corren el riesgo de ser destruidas en los próximos días, dijo Dugald Saunders, ministro de agricultura del estado, en una conferencia de prensa el jueves.
“Los apicultores están muy nerviosos en este momento”, dijo Feuvre.
Dijo que confiaba en que el país podría contener la propagación, dado su historial de esfuerzos previos de erradicación de los ácaros de las abejas melíferas y los estrictos controles en todos los aeropuertos que impiden que los pasajeros traigan plantas vivas, tierra, frutas y verduras a Australia.
“Los hemos erradicado durante tanto tiempo”, dijo. “Vamos a dar lo mejor de nosotros”.