“Ninguna empresa debería tener el poder de bloquear eficazmente a un presidente para que no se comunique con el pueblo estadounidense”, dijo Mike Davis, presidente del Internet Accountability Project, en un comunicado. Davis fue miembro del personal durante mucho tiempo del senador Charles E. Grassley, republicano por Iowa y trabajó para el juez de la Corte Suprema Neil M. Gorsuch. “Esta Junta de Supervisión debe ser reconocida como la farsa que es, claramente no es un modelo sostenible para el debate político y la comunicación en este país”, dijo.
Sin embargo, no todas las reacciones fueron negativas, aunque los elogios más fuertes vinieron de cerca de casa. Daniel Castro, vicepresidente de la Information Technology and Innovation Foundation, un grupo de expertos no partidista con estrechos vínculos con Silicon Valley, calificó a la junta de supervisión como “el proceso de adjudicación más abierto y transparente disponible para los usuarios de las redes sociales”.
“Las personas razonables pueden y seguirán estando en desacuerdo sobre qué contenido debería permitirse en estas plataformas y cuándo los usuarios han violado las reglas”, dijo Castro en un comunicado. “La decisión original de Facebook de prohibir al presidente Trump de su plataforma fue muy polarizante, por lo que no sorprende que la decisión anunciada hoy esté generando tanto elogios como objeciones”.
Castro agregó: “Con 2.800 millones de usuarios, ninguna decisión que tome Facebook hará felices a todos”.