Se recomienda al príncipe Harry y Meghan Markle que no roben la atención de la reina Isabel II cuando se unan a las celebraciones del Jubileo de Platino del 2 al 5 de junio.
El duque y la duquesa de Sussex han confirmado que asistirán al evento con sus hijos Archie, de 3 años, y Lilibet, de 11 meses. Sería la primera vez que su hija conoce a la realeza británica en persona luego de la noticia de que ya la han visto a través de videollamadas. También sería un reencuentro con su hijo, que solo tenía 10 meses cuando lo vieron por última vez en Reino Unido.
Según los informes, existe la preocupación de que la familia de cuatro miembros le robe el protagonismo al monarca de 96 años durante las celebraciones. Después de todo, el público ha estado anticipando la reunión y deseando ver a Lilibet también.
Según la experta real Christine Ross, el príncipe Harry y Meghan Markle mantendrán un perfil bajo durante los cuatro días de celebraciones. No querrían decepcionar a la reina Isabel II y hacerla infeliz durante este momento especial.
Ross le dijo al podcast “Royally Us” de US Weekly que la pareja y sus hijos solo podían asistir a “celebraciones privadas”. Ella dijo: “Creo que en su mayoría participarán en celebraciones privadas. No creo que los veamos mucho, para ser honesto”.
Agregó: “Pero están ahí, son parte de la familia, pero no le quitan valor a la historia”.
Ross afirmó que si el duque y la duquesa de Sussex hubieran optado por no participar en las celebraciones, “la historia sería que no se les permitiría ir”. Ella dijo que solo aparecerían en los “titulares principales” si estuvieran “al frente y en el centro” en el balcón del Palacio de Buckingham.
“Siento que vamos a ver muchas decisiones en las próximas semanas que realmente están forzando una redirección de la conversación hacia la Reina. Todo esto se trata de la Reina. No se trata del drama con Harry y Meghan”. No se trata del drama con Andrew”, agregó.
Se dice que el príncipe Harry y Meghan Markle solicitaron ser excluidos de la aparición en el balcón del Palacio de Buckingham para el vuelo de la RAF el 2 de junio. Al final, la monarca decidió que solo se unieran a ella miembros de la realeza que trabajaban.