BAHÍA DE GUANTÁNAMO, Cuba – Un juez de la Infantería de Marina ordenó al personal médico de la prisión en tiempo de guerra que presente el viernes un informe de emergencia sobre un preso iraquí que, según su abogado, sufrió repentinamente una parálisis y perdió la capacidad de caminar.
Se descubrió que el prisionero, Abd al-Hadi al-Iraqi, de 60 años, había perdido toda sensibilidad en las piernas el miércoles por la noche.
Tiene una enfermedad degenerativa del disco y se encuentra entre los más discapacitados de los 39 detenidos en la bahía de Guantánamo, Cuba. Se ha sometido a una serie de cirugías de columna en los últimos años por equipos médicos de la Marina que fueron trasladados en avión a la base remota.
“Ya no puede usar las piernas”, dijo el viernes su abogada, Susan Hensler. “No puede caminar ni siquiera con un andador”.
Hadi, quien dice que su verdadero nombre es Nashwan al Tamir, está acusado de comandar las fuerzas de Qaeda y los talibanes en Afganistán que cometieron crímenes de guerra contra las fuerzas estadounidenses y aliadas alrededor de 2002-2004. Podría ser encarcelado de por vida si es declarado culpable.
Fue capturado en Turquía en 2006 y retenido por la Agencia Central de Inteligencia como un “detenido de alto valor”, luego fue transferido a la custodia militar estadounidense en la Bahía de Guantánamo el año siguiente.
Incluso antes de su captura, según sus abogados, le habían diagnosticado problemas en la columna y signos de enfermedad degenerativa del disco. Su condición se agudizó en 2017 cuando los guardias lo descubrieron con incontinencia en su celda. El Pentágono envió un equipo de neurocirugía a la base antes de la llegada del huracán Irma para la primera de cinco cirugías de columna en nueve meses.
El Sr. Hadi ahora cuenta con una silla de ruedas y un andador dentro de la prisión, y una silla geriátrica acolchada como apoyo en la corte. Los guardias también mantienen una cama de hospital dentro de la sala del tribunal donde ha dormido cuando los analgésicos fuertes le hicieron cabecear.
El caso del Sr. Hadi ha puesto de relieve los desafíos para el Departamento de Defensa de manejar a los detenidos de edad avanzada en la Bahía de Guantánamo.
Si bien las tropas estadounidenses y otros residentes de la base son enviados rutinariamente a instalaciones militares de atención médica en los Estados Unidos, el Pentágono ha tenido que traer expertos y equipo médico sofisticado a Guantánamo para los prisioneros porque la ley prohíbe su traslado a los Estados Unidos por cualquier motivo. motivo: no juicio, encarcelamiento o atención médica de emergencia.
Estados Unidos está obligado a brindar atención médica adecuada a los cautivos de guerra en virtud de las Convenciones de Ginebra. Los comandantes de prisiones también se han jactado durante años de que la atención que reciben los detenidos de Guantánamo es igual a la que brindan a los miembros del servicio estadounidense y, en ocasiones, están disponibles de manera más inmediata porque los médicos están de guardia en los pabellones las 24 horas del día.
Los abogados defensores dijeron, sin embargo, en una presentación de emergencia el jueves que se notificó al Sr. Hadi que “el tratamiento especializado no estuvo disponible durante varias semanas”.
El teniente coronel Michael D. Zimmerman, juez de la Marina en el caso del Sr. Hadi, señaló al ordenar un informe el viernes que una actualización de salud de rutina presentada ante el tribunal la semana pasada enumeraba “ningún cambio significativo en el estado médico del acusado”. La mayoría de los jueces militares se han mostrado reacios a involucrarse en disputas sobre la atención médica de los detenidos, con la excepción de cuestiones que interfieren con la capacidad de un preso para trabajar con abogados.
Los portavoces militares estadounidenses asignados a la prisión y al cuartel general del Comando Sur de Estados Unidos en Miami no hicieron comentarios inmediatos sobre la condición del Sr. Hadi, incluso si la pandemia había complicado los esfuerzos para cuidarlo. La mayoría de los detenidos han sido vacunados. No se conocen casos de personas o prisioneros infectados en la prisión.