Según un informe de la Agencia Central de Inteligencia, es improbable que una dolencia médica debilitante y misteriosa conocida como Síndrome de La Habana que ha afectado a cientos de diplomáticos, espías y otro personal estadounidense en todo el mundo sea causada por ataques de Rusia u otros adversarios extranjeros.
“Evaluamos que es poco probable que un actor extranjero, incluida Rusia, esté realizando una campaña mundial sostenida que dañe al personal estadounidense con un arma o mecanismo”, dijo un alto funcionario de la CIA.
En cambio, la agencia concluyó que otras condiciones médicas, estrés o factores inexplicables podrían estar detrás de las dolencias que se han informado en aproximadamente 1,000 miembros del personal, dijo el funcionario. Si bien no encontró un ataque global orquestado, la agencia aún está investigando casos individuales para determinar si un actor extranjero estuvo detrás de ellos, dijo el funcionario.
“Estamos abordando este tema complejo con rigor analítico, oficio sólido y compasión, y hemos dedicado recursos intensivos a este desafío”, dijo el director de la CIA, William Burns. “Si bien hemos llegado a algunos hallazgos provisionales significativos, aún no hemos terminado. Continuaremos con la misión de investigar estos incidentes y brindar acceso a atención de primer nivel para quienes la necesiten”.
El Síndrome de La Habana es un conjunto de síntomas médicos inexplicables, que incluyen dolores de cabeza, mareos, fatiga, náuseas, ansiedad y dificultades cognitivas, experimentados por primera vez por el personal del Departamento de Estado de EE. UU. estacionado en Cuba a fines de 2016.
Muchos de los que se han enfermado se han quejado durante mucho tiempo de que el gobierno no se ha tomado en serio sus problemas médicos. Y algunos dijeron que estaban decepcionados por los últimos hallazgos de la agencia.
“Este informe, que no importa cómo se presente, prácticamente cierra la puerta a un esfuerzo activo de la CIA para atribuir estos incidentes”, dijo Tim Bergreen, asesor de Advocacy for Victims of Havana Syndrome.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo el jueves que las investigaciones sobre los incidentes continuarían y que el Departamento de Estado seguía enfocado en brindar atención a los afectados.
“Hemos estado trabajando horas extras para tratar de comprender qué sucedió y quién podría ser el responsable”, dijo Blinken a los periodistas en Berlín, y agregó que la salud y la seguridad del personal estadounidense y sus familias era su máxima prioridad.
“No tengo ninguna duda de que han tenido experiencias reales, síntomas reales y sufrimiento real”, dijo.
El personal estadounidense en China, Taiwán, Austria, Polonia, Georgia y Rusia ha informado de síntomas. El otoño pasado, la CIA evacuó a un oficial de inteligencia que prestaba servicio en Serbia y que padecía una enfermedad grave consistente con el Síndrome de La Habana. En octubre, un funcionario estadounidense dijo que al menos dos ciudadanos estadounidenses habían resultado afectados en Bogotá, Colombia. Y a principios de este mes, funcionarios estadounidenses en Ginebra y París dijeron que habían sido sorprendidos por un “posible incidente de salud anómalo”, el nombre formal del gobierno de Estados Unidos para el Síndrome de La Habana.
Los incidentes han llevado a algunos funcionarios a temer que una agencia de inteligencia extranjera, como el servicio de inteligencia militar GRU de Rusia, esté detrás de los ataques. Nadie ha presentado evidencia pública que vincule a ninguna nación con los casos.
A fines de 2020, un panel científico de EE. UU., encargado por el Departamento de Estado y organizado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, identificó la “energía de radiofrecuencia (RF) pulsada y dirigida” como la causa más probable de los síntomas, contribuyendo a los temores de que un actor extranjero estuviera apuntando a los estadounidenses.
La avalancha de casos y los temores de que un adversario estadounidense estuviera detrás de ellos afectaron la moral de la CIA y el Departamento de Estado, dijeron funcionarios, y en ocasiones obstaculizaron la diplomacia estadounidense.
La irrupción de los males en suelo cubano tensó el acercamiento iniciado bajo el expresidente Barack Obama, tras décadas de ruptura de relaciones diplomáticas.
En agosto, la vicepresidenta Kamala Harris retrasó temporalmente su llegada a Vietnam después de que el Departamento de Estado informara sobre un posible caso del síndrome en Hanoi. Un mes después, un miembro del personal del Sr. Burns reportó síntomas consistentes con el Síndrome de La Habana mientras viajaba a la India y recibió atención médica, dijeron funcionarios estadounidenses.
La administración de Biden calificó como prioridad determinar la fuente de las dolencias. En octubre, el presidente Biden firmó la Ley de Ayuda a las Víctimas Estadounidenses Afligidas por Ataques Neurológicos, que brinda apoyo médico y financiero adicional a las personas afectadas por el síndrome.
—William Mauldin contribuyó a este artículo.
Historia del Síndrome de La Habana
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