Sri Lanka, con problemas de liquidez, anunció una suspensión de dos semanas de todas las ventas de combustible, excepto los servicios esenciales, y pidió un cierre parcial a medida que se profundizaba su crisis económica sin precedentes.
La nación del sur de Asia se enfrenta a su peor colapso económico desde que se independizó de Gran Bretaña en 1948, y no ha podido financiar ni siquiera las importaciones de artículos esenciales desde finales del año pasado.
A medida que las reservas de combustible tocaron fondo con suministros apenas suficientes para un día más, el portavoz del gobierno, Bandula Gunawardana, dijo que la prohibición de ventas era para ahorrar gasolina y diésel para emergencias.
Instó al sector privado a permitir que los empleados trabajen desde casa mientras el transporte público se detiene.
“A partir de la medianoche de hoy no se venderá combustible excepto para servicios esenciales como el sector salud, porque queremos conservar las pocas reservas que tenemos”, dijo Gunawardana en un comunicado pregrabado.
Pidió disculpas a los consumidores por el desabastecimiento: “Lamentamos las molestias ocasionadas a la gente”.
El país también enfrenta una inflación récord y largos apagones, todo lo cual ha contribuido a meses de protestas, a veces violentas, para pedir al presidente, Gotabaya Rajapaksa, que renuncie.
La semana pasada, se cerraron todas las escuelas públicas y las instituciones estatales operaron con personal mínimo para reducir los desplazamientos y preservar el petróleo.
El cierre del sector estatal estaba destinado a terminar esta semana, pero ahora se extenderá hasta el 10 de julio, cuando Gunawardana prometió restablecer el suministro de combustible.
El domingo, el gobierno prometió que implementará un sistema simbólico para racionar la distribución de existencias limitadas de combustible, pero no logró despegar.
Ha habido largas colas fuera de las pocas estaciones de bombeo que todavía tenían suministros.
Sri Lanka está buscando petróleo barato de Rusia y Qatar.
A principios de este mes, las Naciones Unidas lanzaron una respuesta de emergencia a la crisis económica sin precedentes de la isla, alimentando a miles de mujeres embarazadas que enfrentaban escasez de alimentos.
Cuatro de cada cinco personas en Sri Lanka han comenzado a saltarse las comidas porque no pueden permitirse el lujo de comer, dijo la ONU, advirtiendo sobre una inminente “crisis humanitaria grave” con millones de personas que necesitan ayuda.
Sri Lanka dejó de pagar su deuda externa de $ 51 mil millones en abril y está en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para un rescate.