Conocer a tu doppelganger puede sonar como algo que solo sucede en las películas, pero la rara ocasión le ha sucedido a miles de personas en todo el mundo y un nuevo estudio encuentra que no solo sus rasgos faciales son similares: su ADN y comportamientos también son similares.
Un equipo de científicos del Instituto de Investigación contra la Leucemia de Barcelona, España, investigó a 32 parejas doppelganger mediante el uso de algoritmos de reconocimiento facial, cuestionarios de estilo de vida e hisopos de ADN.
Se consideró que un total de 16 de las parejas tenían rasgos similares a los gemelos idénticos y también tenían genotipos comparables, la versión de la secuencia de ADN que tiene un individuo.
Los resultados también determinaron que los doppelgangers en el estudio eran similares en altura y peso, además de tener comportamientos similares, como el tabaquismo y la educación.
Un estudio ha revelado que los doppelgangers no solo se parecen, sino que también tienen un ADN muy similar e incluso comparten rasgos de personalidad. En la foto: Pierre Rondou (izquierda) y Camille Dube (derecha)
Para el estudio, el equipo reclutó a 32 parejas parecidas que habían sido fotografiadas por Francois Brunelle, un artista canadiense que ha estado fotografiando a personas parecidas desde 1999. En la foto: Pierre Brault (izquierda) y Raymond Cantin (derecha)
En la foto: Anna-Maria Tenta (izquierda) y Helena Joas (derecha)
En la foto: Agnes Loonsta (izquierda) y Ester Scholter (derecha)
En medio de la expansión de la World Wide Web, la cantidad de personas identificadas en línea como “gemelos virtuales” o “doppelgangers” se ha disparado.
La palabra doppelganger en alemán significa “doble caminante” o “doble asistente”.
En el nuevo estudio, el equipo, dirigido por el Dr. Manel Esteller, se propuso caracterizar estos pares aleatorios que objetivamente comparten rasgos faciales, a nivel molecular.
Para el estudio, el equipo reclutó a 32 parejas parecidas que habían sido fotografiadas por Francois Brunelle, un artista canadiense que ha estado fotografiando a personas parecidas desde 1999.
Los investigadores utilizaron tres algoritmos de reconocimiento facial diferentes para determinar una medida objetiva de la semejanza de los pares.
Los participantes también completaron cuestionarios sobre sus estilos de vida y proporcionaron muestras de saliva para el análisis de ADN.
“Este conjunto único de muestras nos ha permitido estudiar cómo la genómica, la epigenómica y la microbiómica pueden contribuir a la semejanza humana”, dice el Dr. Esteller.
Los resultados revelaron que las parejas parecidas compartían composiciones genéticas similares, o ‘genotipos’.
Sin embargo, diferían en la metilación del ADN (la regulación de la expresión génica) y los paisajes del microbioma (comunidades de bacterias, virus y hongos).
Se encontró que los rasgos físicos como el peso y la altura, así como los rasgos de comportamiento como el tabaquismo y la educación, se correlacionan entre los parecidos.
Esto sugiere que la variación genética compartida no solo se relaciona con una apariencia física similar, sino que también puede influir en comportamientos y hábitos comunes.
«Nuestro estudio proporciona una visión excepcional de la semejanza humana al mostrar que las personas con rostros extremadamente parecidos comparten genotipos comunes, mientras que son discordantes a nivel de epigenoma y microbioma», explicó el Dr. Esteller.
Los investigadores destacan varias limitaciones del estudio, incluido el pequeño tamaño de la muestra, el uso de imágenes 2D en blanco y negro y la falta de diversidad entre los participantes.
Los resultados revelaron que las parejas parecidas compartían composiciones genéticas similares, o ‘genotipos’. En la foto: Geneieve Kirouac (izquierda) y Sevigny (derecha)
Se encontró que los rasgos físicos como el peso y la altura, así como los rasgos de comportamiento como el tabaquismo y la educación, se correlacionan entre los parecidos. En la foto: Elisabeth De Freitas Meira (izquierda) y France Desranleau (derecha)
En la foto: Caroline Bergerson (izquierda) y Catherine Vachon (derecha)
En la foto: Karen Chu (izquierda) y Ashlee Wong (derecha)
En la foto: Charles Chasen (izquierda) y Michael Malone (derecha)
En la foto: Elisa Berst (izquierda) y Corrine Barois (derecha)
En la foto: Shannon Passke (izquierda) y Laura Caputo (derecha)
En la foto: Marissa Munzin (izquierda) y Christina Lee (derecha)
En la foto: Garrett Levenbrook (izquierda) y Roniel Tessler (derecha)
En la foto: Kathrin Goldinger (izquierda) y Kathrin Goedecke (derecha)
Sin embargo, esperan que los hallazgos puedan resultar útiles para futuros estudios en los campos de la biomedicina, la evolución e incluso la ciencia forense.
El Dr. Esteller concluyó: “A través de los esfuerzos de colaboración, el desafío final sería predecir la estructura del rostro humano en función del panorama multiómico del individuo”.
El estudio se produce poco después de que los investigadores revelaran que la posibilidad de encontrar a tu doppelganger es de una entre un billón.
En la foto: Laura Arzayus (izquierda) y Carolina Ardila (derecha)
En la foto: Nunzia Girard (izquierda) y Stella Cappiello (derecha)
En la foto: Jacinthe Laporte (izquierda) y Sophie Laforest (derecha)
En la imagen: Nuno Mendes Godhino (izquierda) y Miguel Costa Sylvester (derecha)
En la foto: Joshua Corrigan (izquierda) y Francisco Costela (derecha)
En la foto: Jeanne Bedard (izquierda) y Jessica Gagnon (derecha)
En la imagen: Andre Ravary (izquierda) y Jean Aumais (derecha)
Teghan Lucas, estudiante de doctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Adelaida, realizó el estudio utilizando una gran base de datos de medidas faciales y corporales de casi 4000 personas, combinadas con ecuaciones matemáticas.
Descubrió que al usar una combinación de ocho rasgos métricos faciales, la probabilidad de encontrar dos rostros en las mismas medidas en la población general era menos de uno en un billón.