El acuerdo Cop28, celebrado como un acuerdo histórico en las conversaciones sobre el clima del año pasado en Dubai, enfrenta una crisis de credibilidad.
La transición para abandonar los combustibles fósiles, un componente fundamental del acuerdo, depende de que los principales contaminadores históricos, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá, reconsideren sus planes para expandir la producción de petróleo y gas.
Pedro Pedroso, presidente saliente del bloque G77 más China, que representa a 135 países en desarrollo, advirtió que los ambiciosos objetivos de la Cop28 podrían correr el riesgo de fracasar.
“Logramos algunos resultados importantes en policía28 pero el desafío ahora es cómo traducir el acuerdo en acciones significativas para la gente”, dijo Pedroso.
“Ahora mismo, salvo que nos engañemos, ninguno de los grandes países desarrollados, que son los mayores emisores históricos, tiene políticas que se estén alejando de los combustibles fósiles, al contrario, se están expandiendo”, afirmó Pedroso.
Pedroso enfatizó que si bien se lograron algunos resultados significativos en la Cop28, el verdadero desafío radica en traducir el acuerdo en acciones significativas para las personas a nivel mundial. Señaló una cruda realidad: los principales países desarrollados, responsables de importantes emisiones históricas, carecen de políticas que se alejen de los combustibles fósiles.
Por el contrario, estas naciones están expandiendo activamente su producción de combustibles fósiles. Solo los Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Australia y Noruega representan el 51 por ciento de la expansión total planificada de petróleo y gas para 2050, según informó Oil Change International.
“Es muy fácil etiquetar a algunas economías emergentes, especialmente a los estados del Golfo, como villanos climáticos, pero esto es muy injusto por parte de países con responsabilidades históricas… Basta mirar los planes de combustibles fósiles de Estados Unidos y las nuevas licencias de perforación del Reino Unido para el Norte. Sea y Canadá que nunca ha cumplido ninguno de sus objetivos de reducción de emisiones, ni una sola vez”, explicó Pedroso, diplomático cubano.
El llamado a la acción va más allá de la reducción de la producción de combustibles fósiles; También se espera que los países desarrollados brinden asistencia financiera adecuada a las naciones más pobres para hacer la transición y adaptarse a los impactos de la crisis climática. Pedroso subrayó la importancia de responsabilizar a estas naciones de sus compromisos y garantizar que se entreguen los medios para su implementación.
Durante la Cop28, el escrutinio recayó en Sultan Al Jaber, presidente de la Cop28 y jefe de la compañía petrolera nacional de los Emiratos, dada la posición de los Emiratos Árabes Unidos como el séptimo mayor productor de petróleo del mundo. Sin embargo, la atención se centra igualmente en Estados Unidos, que reclamó el título de mayor productor de petróleo y gas del mundo el año pasado, estableciendo un récord durante el año más caluroso jamás registrado.
Pedroso criticó la tendencia a etiquetar a las economías emergentes, particularmente a los estados del Golfo, como villanos climáticos, enfatizando la necesidad de abordar las responsabilidades históricas de los principales países desarrollados.
El grupo G77 más China, el bloque más grande en las conversaciones sobre el clima de la ONU, representa una coalición diversa que incluye países poblados como India y China, importantes economías emergentes, importantes productores de combustibles fósiles y naciones vulnerables al clima.
El principio de responsabilidad común pero diferenciada (CBDR), esbozado en los Acuerdos de París, afirma que los países desarrollados deben tomar la iniciativa en la transición para abandonar los combustibles fósiles, brindar asistencia financiera e implementar políticas climáticas justas y efectivas.
El Acuerdo de París, establecido en 2015, exige a los países crear e implementar contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) que cubran la mitigación, la adaptación y los medios de implementación. Sin embargo, el progreso ha sido lento y los países en desarrollo enfrentan un déficit financiero sustancial, lo que obstaculiza su capacidad para abordar la creciente crisis climática.
Como destacó Pedroso, la presidencia del G77 rota anualmente y la próxima presidencia será entregada a Uganda. Sin embargo, expresó su preocupación por países como Uganda, Chad y Somalia, que recientemente han descubierto petróleo.
A estas naciones se les dice que aumenten sus ambiciones de NDC sin que se les proporcionen alternativas económicas viables para la erradicación de la pobreza y el desarrollo. Pedroso destacó que abordar el cambio climático requiere una comprensión integral del contexto global y el reconocimiento de las distintas responsabilidades de las naciones.
Dijo: “¿Cómo se puede decirles a países como Uganda, Chad y Somalia, que recientemente han descubierto petróleo, que no pueden tocar este recurso y que deben aumentar sus ambiciones de NDC, sin ofrecer alternativas económicas razonables para la erradicación de la pobreza y el desarrollo? No podemos abordar esta cuestión”. El cambio climático en el vacío.
“El cambio climático es un fenómeno global, y sí, todos tenemos que contribuir para mantenerlo global temperatura a 1,5°C, pero la escala en la que somos responsables debe tomarse en cuenta y reflejarse a través de los medios de implementación… Pero ha habido un intento sistemático de diluir y restarle importancia a la CBDR y en su lugar centrarse en ‘todos tenemos que hacer nuestra parte.”
En el contexto más amplio de las conversaciones de la ONU sobre el clima, las consideraciones financieras desempeñan un papel fundamental. El establecimiento del fondo de pérdidas y daños en la Cop28 se consideró histórico, con promesas inmediatas de algunos países.
Sin embargo, Pedroso expresó escepticismo sobre la suficiencia de estos compromisos para satisfacer las necesidades de los países en desarrollo vulnerables al clima. Subrayó la importancia de que las promesas creíbles se traduzcan en una financiación real para el fondo.
De cara al futuro, la Cop29 se celebrará en Azerbaiyán, un importante productor de petróleo y gas, seguida de la Cop30 en Brasil en 2025. Estas elecciones de sede plantean dudas sobre el compromiso de los países productores de petróleo y gas con los esfuerzos multilaterales.
Los próximos dos años son cruciales y requieren que los países establezcan un nuevo objetivo de financiación climática en la Cop29, que refleje la escala y la urgencia del desafío climático.
Además, las naciones deben presentar nuevas NDC que cubran todos los gases de efecto invernadero y se alineen con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales.
“El hecho de que Azerbaiyán, Brasil y los Emiratos Árabes Unidos, donde el petróleo y el gas son muy importantes, estén dispuestos a acoger a la COP, demuestra el compromiso y la voluntad de esos países de hacer algo multilateralmente, al menos no están huyendo”, dijo Pedroso.
El presidente del G77 enfatizó que 2024 y 2025 serán años críticos para la implementación, particularmente en la entrega de financiación, que ha estado faltando. Muchos países tienen compromisos jurídicamente vinculantes para actuar contra el cambio climático, y el eslabón perdido son los medios de implementación.
Mientras Pedroso concluye su mandato y regresa al Ministerio de Relaciones Exteriores en La Habana, se une a un creciente coro de voces que instan a la CMNUCC a investigar el impacto climático de la guerra de Israel en Gaza.
2024-01-23 00:39:45
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