Los estudiantes que estuvieron expuestos al nivel más alto de contaminación acústica exterior mientras estaban en la escuela mostraron mejoras más lentas en la memoria y la atención
Salud
2 junio 2022
El ruido del tráfico fuera de las escuelas puede afectar el desarrollo de la capacidad de atención y la memoria a corto plazo de un niño.
Estudios anteriores han demostrado que la contaminación acústica del tráfico rodado puede alterar el sueño y aumentar el estrés en los adultos. Mientras tanto, se ha demostrado que el ruido de los aviones locales reduce el rendimiento académico y la comprensión lectora de los niños. Sin embargo, no se sabía si el ruido del tráfico fuera de las escuelas afecta el desarrollo cognitivo de los niños.
Para obtener más información, Maria Foraster del Instituto de Salud Global de Barcelona y sus colegas reclutaron a 2680 niños de 7 a 10 años de 38 escuelas de Barcelona.
Los investigadores se pararon en un punto determinado de cada escuela y midieron el ruido proveniente del exterior antes de que comenzaran las lecciones. Esto se repitió seis meses después para calcular un nivel de referencia promedio de contaminación acústica en cada sitio.
Usando pruebas cognitivas en línea, el equipo evaluó la memoria a corto plazo y la atención de los niños cada tres meses durante un año.
Los niños de las escuelas con niveles de ruido interior promedio más altos, definidos como superiores a 30 decibeles, aproximadamente el volumen de los susurros, vieron una mejora más lenta en la atención, medida comparando su desempeño en las pruebas al comienzo del año con las del final del año. año.
Un análisis posterior reveló que un mayor nivel de fluctuación en los niveles de ruido interior estaba más fuertemente asociado con una mejora más lenta tanto de la memoria de trabajo como de la atención, en comparación con niveles de ruido más consistentes.
“Este estudio ha abierto nuevos caminos en los estudios sobre el ruido ambiental y el aprendizaje de los niños”, dice Stephen Stansfeld de la Universidad Queen Mary de Londres, que no participó en la investigación. Es más probable que los niños noten fluctuaciones en los niveles de ruido, dice. “La atención al ruido puede interferir con su atención a otras tareas relacionadas con el desarrollo cognitivo normal”.
El análisis tuvo en cuenta los niveles de contaminación del aire local, así como el nivel socioeconómico, la edad y el sexo de los participantes.
“Se han ajustado a una amplia gama de posibles factores de confusión en sus análisis, descartando así muchas otras explicaciones”, dice Stansfeld.
Sin embargo, se requiere más investigación con un grupo más diverso de participantes. Por ejemplo, “la muestra de familias involucradas en este estudio estaba mejor educada que la población general”, dice.
Referencia de la revista: Medicina PLoSDOI: https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1004001
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