Las interacciones sociales significativas son fundamentales para el bienestar de un individuo, y tales interacciones se basan en los comportamientos de las personas entre sí. En una investigación publicada en Ciencias, los investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) han mapeado las neuronas en el cerebro que permiten que un mono procese y recuerde las interacciones y comportamientos de otro mono para influir en las propias acciones del animal. Los hallazgos podrían usarse para desarrollar estrategias de tratamiento para personas con afecciones neuropsiquiátricas.
El estudio hizo que tres monos Rhesus se sentaran alrededor de una mesa giratoria y se turnaran para ofrecer una rodaja de manzana a uno de los otros dos monos. Al mismo tiempo, los investigadores registraron la actividad de neuronas individuales en un área del cerebro que se sabe que juega un papel en la cognición social, llamada corteza prefrontal dorsomedial (dmPFC).
Durante estas interacciones, los monos intercambiaron ofertas pasadas de una rodaja de manzana y tomaron represalias cuando no recibieron una rodaja de otra. Las grabaciones de los investigadores identificaron distintas neuronas en el dmPFC que respondían a las acciones de otros monos del grupo. Ciertas neuronas se activaron con una acción particular y el resultado de individuos específicos dentro del grupo (como un mono vecino que ofrece una rodaja de manzana conduce al resultado de recibir la recompensa). Muchas de las neuronas codifican información no solo sobre las acciones y resultados de individuos específicos, sino también sobre su comportamiento pasado. Esta información sobre interacciones pasadas con miembros del grupo influyó en las próximas decisiones de un animal de corresponder o tomar represalias, y los investigadores podrían usar la información neuronal para predecir qué mono recibiría una rodaja de manzana de un mono en particular incluso antes de que se la ofreciera.
“Este hallazgo sugirió que la dmPFC juega un papel en las decisiones estratégicas. Para probar esta idea, interrumpimos la actividad normal en esta área y encontramos que los animales tenían menos probabilidades de corresponder”, dice el autor principal Raymundo Báez-Mendoza, PhD, un investigador del Departamento de Neurocirugía del MGH.
Los resultados sugieren que la dmPFC juega un papel importante en el mapeo de nuestras acciones y resultados, así como las acciones de otros. “En las condiciones neuropsiquiátricas en las que esta capacidad está comprometida, los tratamientos destinados a mejorar el funcionamiento de esta área del cerebro, ya sea directa o indirectamente, podrían mejorar la vida de las personas”, dice el autor principal Ziv Williams, MD.
Los coautores incluyen a Emma P. Mastrobattista y Amy J. Wang, MD.
Los fondos para el estudio fueron proporcionados por los Institutos Nacionales de Salud, la Fundación para la Investigación del Cerebro y el Comportamiento, el Fondo MGH para el Descubrimiento Médico y el Instituto Médico Howard Hughes.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por Hospital General de Massachusetts. Nota: El contenido puede editarse por estilo y longitud.
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