Las reacciones a la búsqueda de Mar-a-Lago por parte de la Oficina Federal de Investigaciones revelaron una simetría entre los partidarios más ruidosos de Donald Trump y sus detractores más ruidosos que ambas partes desean ignorar: el deseo de evitar reconocer su impopularidad y asumir la responsabilidad de sus decisiones.
Los partidarios de Trump han ofrecido una serie de teorías para justificar su creencia de que él no perdió las elecciones de 2020: las máquinas de votación fueron manipuladas, los funcionarios electorales eran corruptos, las urnas estaban llenas, etc.