El dominio de China en la minería estadounidense de bitcoins representa una amenaza importante para Estados Unidos. Esto exige medidas regulatorias urgentes y el desarrollo del sector minero estadounidense.
La minería de bitcoins en EE. UU. depende en gran medida de China
El ascenso de Bitcoin como componente crítico de la economía estadounidense tiene tanto beneficios como riesgos. Si bien abre nuevas oportunidades de inversión, también requiere una mayor supervisión regulatoria para proteger contra posibles vulnerabilidades.
La minería de Bitcoin, el proceso de liberar nuevos Bitcoins y proteger la red, depende en gran medida de equipos de minería sofisticados.
Sin embargo, estas operaciones informáticas se realizan mediante chips ASIC de fabricación china.
Dado que el 98% de estos chips son suministrados por China, Estados Unidos está expuesto a un riesgo importante en este ámbito frente a China. Las empresas chinas como Bitmain, que tienen obligaciones legales de cooperar con los servicios de inteligencia chinos, pueden usar su influencia para recopilar datos confidenciales obtenidos dentro de las operaciones mineras o incluso participar en ciberespionaje.
Además, la complejidad técnica de los equipos de minería genera preocupación sobre vulnerabilidades de seguridad ocultas. Estos pueden ser explotados por actores maliciosos sin el conocimiento de las autoridades estadounidenses. Esto plantea un claro riesgo para la seguridad nacional y la estabilidad económica de Estados Unidos, especialmente a medida que la industria minera de criptomonedas continúa expandiéndose dentro de las fronteras de Estados Unidos.
¿Qué se puede hacer contra la adicción china?
Para abordar estos riesgos, las autoridades estadounidenses deberían implementar medidas estrictas de ciberseguridad. Deberían aumentar la transparencia de la cadena de suministro y establecer estándares internacionales para facilitar la cooperación.
Además, sería urgente fomentar el desarrollo de tecnologías mineras estadounidenses. Esto reduciría la dependencia de los proveedores chinos. La Ley CHIPS brinda la oportunidad de impulsar este esfuerzo, que ahora cuenta con el apoyo principalmente de inversiones del sector privado.
Un paso decisivo sería prohibir el hardware minero fabricado en China en Estados Unidos y prohibir las granjas mineras de propiedad china en suelo estadounidense. Ya hemos visto un ejemplo de esto en el sector de las comunicaciones, por ejemplo cuando el gobierno de Estados Unidos tomó medidas contra Huawei. Tales medidas mitigarían los riesgos económicos y de seguridad y al mismo tiempo garantizarían la resiliencia y la longevidad del ecosistema de las criptomonedas.
En última instancia, la naturaleza descentralizada de Bitcoin contrasta con el cuello de botella de un suministro centralizado de materias primas controlado por China.
Pero no son sólo los estadounidenses los que necesitan despertar.
Al abordar estas vulnerabilidades y fomentar la innovación, el mundo entero puede proteger sus intereses nacionales y defenderse contra la infiltración de caballos de Troya tecnológicos orquestados por regímenes autoritarios. Por lo tanto, el desarrollo de la tecnología de minería de bitcoins es ahora un interés global común.
El artículo original escrito por Sriram Viswanathan se puede encontrar en CoinTelegraphon.