SINGAPUR—Los trabajadores estadounidenses ocupan puestos clave en toda la industria nacional de chips de China, ayudando a los fabricantes a desarrollar nuevos chips para alcanzar a los rivales extranjeros. Ahora, esos trabajadores están en el limbo bajo las nuevas reglas de control de exportaciones de EE. UU. que prohíben a los ciudadanos estadounidenses apoyar el desarrollo de chips avanzados de China.
Al menos 43 altos ejecutivos que trabajan con 16 empresas chinas de semiconductores que cotizan en bolsa son ciudadanos estadounidenses, según un examen de las presentaciones de empresas y sitios web oficiales realizado por The Wall Street Journal. Muchos de ellos tienen títulos de C-suite, desde director ejecutivo hasta vicepresidente y presidente.