Camina tranquilamente entre la multitud de Piazza Trieste e Trento con una mochila al hombro y un bolso en la cintura: el Spiderman de barrio de Nápoles quizás tenga un poco de sobrepeso, pero ciertamente tiene la afabilidad y la disponibilidad en común con Stan Lee. El disfraz es el que usa Peter Parker para salvar el mundo. Paolo Capillo, así se llama nuestro superhéroe, no salva a la gente sino que regala sonrisas. De 33 años, ya destacado como el Maradona de Via Toledo en la época, lamentablemente ya pasada, del Nápoles campeón de Italia, Paolo trabaja en una tienda de tatuajes en vida.
“Hago que la gente se divierta – responde con una franqueza cautivadora – doy una sonrisa a la gente y a los niños que caminan cuando ven a su héroe favorito. Intento hacer mi vida más interesante haciendo el bien a los demás y dándome también otra oportunidad. Digamos una venganza sobre mí mismo.”
“Doy sonrisas y me vengo de mí mismo”
La gente que pasa rápidamente no lo ve ni se burla de él. Alguien alude a su línea menos que perfecta: “Las estupideces que dicen en Nápoles. Desafortunadamente Nápoles es un mundo bastante complicado – dice – en América el cosplayer es muy fuerte y tomé la idea americana y la traje aquí a Nápoles. la forma que tienes de tomar las cosas tanto negativas como positivas: hay quien te aprecia y quien tiene celos, quien intenta difamarte, tal vez hay gente que está más arruinada que yo con la barriga y me dice que tengo panza.. Sin embargo, me divierto, estar en medio de la calle me hace sentir bien, me da energía positiva y sigo en mi camino. Hacer Spiderman fue un desafío para mí.”
2024-04-11 21:03:00
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