Un médico se ofreció a ‘arreglar’ mi cara. A los 17, rompió mi autoestima.

No es ningún secreto que la sociedad impone estándares de belleza a los niños y adolescentes tan pronto como pueden consumir contenido. He llegado a esperarlo en lugares como las redes sociales, Hollywood y la industria de la moda. En estos días, hago todo lo posible para mitigar sus efectos con afirmaciones corporales positivas y encontrando espacios más inclusivos. Pero a los 17, cuando un médico nuevo mencionó casualmente que podía “arreglar” mi rostro, no hubo afirmaciones lo suficientemente fuertes como para reconstruir mi confianza en mí mismo. ¿Qué había salido mal? ¿Este doctor ofreció una observación médica imparcial? ¿O se estaba aprovechando de las inseguridades más profundas de un adolescente para obtener ganancias financieras?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.