Llegó a Holanda el lunes, en presencia de su esposa Michela Persico. El defensa, que pasa de la Juventus al Ajax en régimen de alquiler, lleva varios meses casado con el presentador deportivo de 33 años. Sin embargo, su boda no fue del agrado de todos.
Rugani y Persico se casaron el 29 de mayo en la Iglesia de San Carlo, ubicada en la Piazza San Carlo de Turín. La fiesta continuó hasta bien entrada la noche en un castillo del pueblo de Montaldo Torinese, a dieciocho kilómetros de Turín. El alcalde del pueblo de 732 habitantes no quedó satisfecho con la fiesta nupcial. Habló de un “auténtico apocalipsis”. “Toda la tarde me bombardearon con llamadas de residentes locales quejándose de la contaminación acústica del castillo”, dijo el alcalde Sergio Gaiotti a la agencia de noticias ANSA.
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“Gritos, música alta hasta las cuatro de la mañana… No respetaron la ordenanza local vigente desde 2017. Las quejas de los vecinos estaban más que justificadas”, el alcalde se puso del lado de los aldeanos. “Deberían avergonzarse de su comportamiento. El hecho de que fuera la boda de un jugador de la Juventus no es excusa. Fue una falta de respeto a nuestro hermoso pueblo. Pueden venir a Montaldo cuando quieran, tienen esa libertad, pero En lo que a mí respecta, no son bienvenidos”.
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El alcalde incluso denunció la fiesta a la policía, a la que asistieron muchos invitados famosos. Entre ellos se encontraban el futbolista Manuel Locatelli y la modelo Cristina Chiabotto. No se sabe en qué medida la policía ha tomado medidas contra las violaciones de conducta.
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