Cómo superar el miedo a las alturas

CUANDO ANTERIOR El ejecutivo de Google, Alan Eustace, se lanzó a más de 135.000 pies por el aire, fue la culminación de tres años de trabajo: diseño de paracaídas y globos, caídas de prueba desde 57.000 y 105.000 pies de altura y simulaciones de vuelo. El 24 de octubre de 2014, Eustace se puso un traje espacial personalizado de alta presión y se ató a un globo de helio. Se concentró en su respiración mientras ascendía y calmó sus nervios pensando en sus carreras de práctica. Luego hizo historia en el paracaidismo. La caída desde la estratosfera fue 1,5 millas más larga que el récord anterior, lo que convierte a Eustace en el actual poseedor del récord del salto en caída libre a mayor altitud.

Pocos tendrían el estómago para caer a velocidades de 822 mph desde la parte superior de la capa de ozono de la Tierra con nada más que un paracaídas en la espalda. Si tienes un miedo extremo a las alturas, solo pensarlo puede ser suficiente para que tus piernas se sientan como gelatina. Pero, como demostró la preparación de Eustace, hay maneras de prepararse física y mentalmente para ese temor.

Temer las elevaciones elevadas es un sentimiento universal, incluso los temerarios ocasionalmente se sienten incómodos en tales entornos. Elizabeth McMahon, psicóloga de San Francisco que se especializa en el tratamiento de fobias, dice Un hombre sabio evolucionado de esta manera para evitar peligros desde una edad temprana. En un experimento de 1960, los psicólogos colocaron bebés que gateaban sobre una mesa con un panel de plástico transparente al final, al que llamaron “acantilado visual”. La extensión daba la ilusión de que los bebés se caerían si intentaban alcanzar a sus madres del otro lado. Casi todos los sujetos se negaron a gatear sobre el plástico.

Según McMahon, el miedo a las alturas, que en casos extremos se denomina acrofobia, probablemente ayudó a nuestros antepasados ​​a evitar caerse desde salientes que amenazaban sus vidas. La aprensión está integrada en el cerebro humano. Cuando te enfrentas a una caída larga, hay una fuerte respuesta en la amígdala, una estructura cerebral primordial. Esta región en forma de almendra activa partes adicionales del sistema límbico como el hipotálamo, que desencadena la respuesta de lucha, huida o congelación al indicar a las glándulas que liberen adrenalina y cortisol. Las hormonas actúan como una llamada de socorro al cuerpo, provocando cambios físicos como aumento de la presión arterial, frecuencia respiratoria y frecuencia cardíaca.

Debido a que estas áreas se estimulan tanto al ver una amenaza potencial, la actividad cerebral en otras partes se amortigua. Un área importante en particular se ve afectada: la corteza cerebral de evolución más reciente, que está involucrada en la lógica y el razonamiento. Esto hace que sea más difícil pensar y tomar decisiones racionales, dice McMahon.

Entender qué es lo que te hace sentir mareado y ansioso es el primer paso para superar el miedo a las alturas. El siguiente es practicar técnicas de relajación como la respiración profunda o ejercicios de atención plena cuando se realiza una actividad lejos del suelo. El primero envía oxígeno al cerebro, lo que indica que no estás en peligro. El efecto tranquilizador luego activa el sistema nervioso parasimpático, que relaja los músculos e infunde una sensación generalizada de calma.

El paso final es exponerse lentamente a la fuente de la inquietud. Un psicólogo especializado en fobias puede usar una técnica llamada terapia de exposición para ayudarte a enseñarle a tu cerebro que las alturas no son una sentencia de muerte garantizada. Este método basado en la investigación lo pone en contacto repetido con la fuente de su miedo, y su terapeuta le enseñará cómo manejar su ansiedad a medida que gradualmente encuentre mayores aumentos en la elevación. McMahon también recomienda combinar la terapia de exposición con programas de realidad virtual, en los que puede comenzar con algo tan pequeño como caminatas simuladas por una escalera de 20 pisos y eventualmente avanzar hacia escenarios más extremos, como estar en lo alto de un rascacielos.

“Según mi experiencia, de cinco a ocho sesiones de realidad virtual a menudo han ayudado a las personas a superar su miedo a las alturas”, dice McMahon. “Ni siquiera tienen que viajar al Gran Cañón”.

Esta historia apareció originalmente en High Issue of Ciencia popular. Lea más historias de PopSci+.

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