“Hacen como si saltaran la cuerda”, dijo.
Simpson, exalumno de la Facultad de Derecho de la Universidad de Virginia, no lo cambiaría por nada del mundo, ya que esta semana comienza sus terceros Juegos Paralímpicos en París. Simpson juega al goalball (un deporte diseñado específicamente para atletas con problemas de visión) para el equipo de Estados Unidos.
Simpson y su esposa, Tricia, dieron la bienvenida a su tercer hijo, John, hace ocho meses. Eso ocurrió en un momento en que Simpson, quien recibió su título de abogado de la UVA en 2020, era secretario de un juez federal en Louisville. Desde entonces, los Simpson se mudaron de nuevo a Washington, donde Matt comenzó una segunda etapa en el bufete de abogados Sidley Austin.
Ahora, por supuesto, su trabajo diario se toma un descanso, mientras busca oro a través del Océano Atlántico.
“Nuestra vida es más que caótica”, dijo Simpson, “pero de alguna manera sigue adelante. Es una verdadera bendición”.
Ser esposo, padre, abogado y deportista de talla mundial a la vez no es fácil, pero tampoco lo fue ser el único estudiante ciego en una facultad de derecho con más de 900 estudiantes. Simpson siempre ha actuado con un intenso impulso competitivo que alimenta todas sus actividades.
Cuando estaba en la UVA, su objetivo no era convertirse en un buen estudiante de derecho ciego, sino en un “buen estudiante de derecho que fuera ciego”.
