Fantásticas criaturas marinas fotografiadas de cerca y de manera personal

ÁNGEL, MONSTRUO
Cuando los ángeles marinos cazan, se transforman en monstruos. Las babosas que nadan libremente, de menos de una pulgada de largo, almacenan seis “brazos” gelatinosos conocidos como conos bucales dentro de sus cabezas (izquierda). Cuando detectan una presa, por ejemplo, una mariposa marina cercana, los músculos de su núcleo se contraen, lo que hace que los brazos se disparen (Correcto) y agarrar el objetivo, en milisegundos. También pueden arrancar el cuerpo de una víctima de su caparazón para facilitar el consumo. Crédito: Alexander Semenov

Los ángeles marinos, los peces telescopio y los pulpos manta pueden ser auténticos monstruos

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Crédito: Dante Fenolio/Fuente científica

COMEDOR DE APAGADO

El pez telescopio solitario vive casi una milla debajo de la superficie del océano, donde se alimenta de criaturas bioluminiscentes. Se orientan verticalmente para distinguir las siluetas de las presas que nadan sobre sus cabezas y luego golpean con sus desagradables mandíbulas. Cada vez que ingieren una comida brillante, corren el riesgo de encenderse desde dentro, transmitiendo su ubicación a sus propios depredadores. Para permanecer ocultos en las aguas oscuras, los peces han desarrollado un estómago opaco que actúa como una cortina opaca incorporada después de haber comido.

Crédito: Mike Bartick

INTIMIDADOR

Un pulpo manta hembra despliega su capa iridiscente. Los científicos sospechan que la red membranosa ayuda a disuadir a los posibles depredadores al hacer que el pulpo parezca más grande e intimidante. La hembra puede crecer hasta seis pies de largo y hasta 40 000 veces más pesada que el macho, que es más pequeño que una pelota de ping-pong, una de las diferencias sexuales más extremas en el reino animal.

Crédito: Tui De Roy/Minden Pictures

REYES DEL BUCEO

Los pingüinos rey anidan en colonias masivas, a veces con cientos de miles de aves, en islas subantárticas. No construyen nidos. En cambio, mantienen cada huevo caliente en la parte superior de sus pies. Los machos hacen el primer turno de incubación, que puede durar semanas, mientras que las hembras se aventuran al mar para una merecida comida. Con una altura de aproximadamente un metro, los reyes son los segundos más grandes de todos los pingüinos, eclipsados ​​​​solo por los emperadores.

Este artículo se publicó originalmente con el título “Criaturas marinas fantásticas fotografiadas de cerca y personalmente” en Scientific American 327, 2, (agosto de 2022)

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