Shapiro lleva menos de dos años como gobernador, pero en ese breve tiempo ha sido puesto a prueba por una serie de crisis que le han valido la atención nacional. Apenas un mes después de asumir el cargo en enero de 2023, un descarrilamiento de tren en la ciudad fronteriza de East Palestine, en Ohio, obligó a evacuar a miles de habitantes de Pensilvania. En junio pasado, un segmento muy transitado de la I-95 en Filadelfia se derrumbó, pero fue reparado en menos de dos semanas. Más recientemente, fue elogiado por su respuesta al tiroteo en Butler.
Shapiro también tiene reputación de ser un legislador hábil y pragmático, dispuesto a llegar a acuerdos cuando es necesario. Es uno de los políticos más populares entre los votantes de Pensilvania, con un índice de aprobación de hasta el 60%.
“Es uno de los gobernadores más queridos de todos los tiempos y sus políticas son bastante intermedias”, dijo el representante estatal Danilo Burgos de North Philly a WHYY News. “Y eso es lo que los estadounidenses están pidiendo: convertir a Estados Unidos en el líder que alguna vez fue”.
Aunque los republicanos dicen que creen que Donald Trump vencerá a Harris independientemente de a quién elija como vicepresidente, muchos aún expresan respeto por la gobernadora.
“Josh es un político muy talentoso e inteligente y un viejo amigo”, dijo a WHYY News el delegado del RNC Jeff Bartos del condado de Montgomery. “Pero no importa a quién pongan en la papeleta, los demócratas van a tener las agendas de Biden y Harris. Van a tener que responder por eso, ya sea por la inflación, la crisis fronteriza, el crimen o la guerra contra la energía… No hay forma de que los demócratas ganen en Pensilvania”.
