Reseña de Retrato de mi padre: la misteriosa muerte del padre es el punto de partida de una película fascinante | Película

Yo¿Cuales son las piezas que componen una vida? Esta espinosa pregunta se encuentra en el corazón del fascinante y emotivo documental de Juan Ignacio Fernández Hoppe, cuya estructura se asemeja a una historia de detectives. Cuando Hoppe tenía sólo ocho años, su padre Juan José Fernández murió en una playa solitaria del balneario uruguayo de Salinas. La madre psicóloga de Hoppe aceptó, junto con las autoridades oficiales, que la causa de la muerte fue ahogamiento, pero el propio cineasta tiene sus dudas.

Si bien esta muerte podría haber sido el punto de partida, la investigación de Hoppe se expande de manera fascinante, a medida que recorre los años que precedieron a esa fatídica noche. Sobre un fondo blanco, los objetos que alguna vez pertenecieron al padre de Hoppe resurgen en las escenas iniciales de la película, y su presentación se hace eco de la escena de una excavación arqueológica. Una llave oxidada; un trozo de papel arrugado; una grabadora. Cada recuerdo ofrece una frágil pista de las últimas horas de Fernández: un hombre con talentos y ambiciones musicales, el padre de Hoppe también estaba plagado de depresión, lo que finalmente llevó a la ruptura de su matrimonio y a la dependencia de medicamentos recetados.

Las huellas que dejó Fernández, sin embargo, son más que simplemente físicas. Exalumnos de su curso de musicoterapia hablan de un maestro dedicado, cuya dedicación inspiradora contrastaba marcadamente con la figura abatida que recordaban sus familiares más cercanos. Existe la sensación de que los contornos del carácter de una persona pueden sobrepasar todos sus artefactos. A veces las piezas del rompecabezas no encajan del todo.

En un momento, un residente de Salinas entrevistado por Hoppe señala sin rodeos lo infructuoso de su búsqueda. Esta ambivalencia, sin embargo, es lo que hace de esta película una obra particularmente conmovedora y enriquecedora. Atravesando las turbias corrientes del pasado, Portrait of My Father abarca no tanto la posibilidad de un cierre, sino la realidad del no saber.