ISLAMABAD: Solo el tres por ciento de la financiación de 100 millones de dólares del Banco Mundial para ayudar a prevenir las inundaciones en Karachi se utilizó para proteger la ciudad de las inundaciones, informó el sitio web de noticias con sede en Londres The New Arab. Karachi, situada en la costa sur de Pakistán, alberga a 16 millones de personas. El proyecto llamado Proyecto de Eficiencia y Emergencia de Residuos Sólidos (Sweep) tenía como objetivo despejar las numerosas vías fluviales obstruidas de la ciudad, llamadas localmente nullahs, que conducen al drenaje de agua al mar y mejorar su debilitado sistema de agua.
El proyecto se inició a fines de 2020 después de una ola de inundaciones particularmente mala a principios de ese año, informó The New Arab. Pero tres años más tarde, se gastó menos del tres por ciento del presupuesto del Banco Mundial, que entregó como préstamos al gobierno local de Sindh. El dinero no se utilizó para construir nueva infraestructura y, como resultado, Karachi quedó sin preparación en 2022, cuando las inundaciones azotaron el país.
Según informes, se gastaron USD 92.000 en mobiliario y aún falta desembolsar el monto destinado a equipos y vehículos. Otros 30 millones de dólares estaban destinados a “obras” no especificadas, según documentos oficiales citados por Climate Home News, que no se han gastado. Las autoridades usaron el dinero para demoler las casas que la gente construyó sin el permiso de las autoridades locales, dejándolos sin hogar.
Fahad Saeed, líder de Asia Meridional y Medio Oriente en la ONG de políticas Climate Analytics, citado por The New Arab, dijo: “Pakistán necesita hacer algo de introspección sobre por qué no pudieron aprovechar los fondos que estaban disponibles. Eran los suyos propios”. casa para poder acceder a estos fondos?” Desde 2017, el Banco Mundial ha invertido millones de dólares en Karachi, pero desde entonces la ciudad sigue experimentando inundaciones rutinarias todos los años.
En 2022, la ciudad estuvo inundada durante días. Sakariya Kareem, escribiendo recientemente para Asian Lite, declaró que Pakistán va por el camino de la ‘bancarrota’ y ha reanudado su práctica de cinco décadas de solicitar fondos de otros países y desplumar la bondad del mundo. Según la publicación, desde su independencia en 1947, Pakistán ha estado engañando a los estadounidenses, rusos, países musulmanes y ahora a China haciéndoles creer que sus mejores intereses se beneficiarían financiando la existencia de Islmabad y las desventuras regionales.
Tomando prestada la cita del ex presidente de Pakistán, Zulfikar Ali Bhutto, “Nosotros (Pakistán) comeremos hierba, incluso pasaremos hambre, pero obtendremos una propia (bomba atómica)… ¡No tenemos otra opción!”, la columna afirmó que su Las palabras parecían ser ciertas ya que el conteo de armas nucleares del país llegó a 165 pero se quedó sin comida ni electricidad.