Vivek Athreya ofrece un drama social efectivo mezclado con humor y los actores Nani, Nazriya, Rohini y Naresh dando lo mejor de sí.
Vivek Athreya ofrece un drama social efectivo mezclado con humor y los actores Nani, Nazriya, Rohini y Naresh dando lo mejor de sí.
En una escena que aparece hacia el final de la película en telugu. Ante Sundaraniki, el jefe de Sundar Prasad (Nani), Chandra Mohan (Harshavardhan), lo reprende por no revelar la parte buena primero. Razona que habría escuchado la historia en paz en lugar de estresarse por los altibajos. Este personaje ocasionalmente expresa los pensamientos de la audiencia. ¿Pueden Sundar Prasad, que proviene de una familia brahmán hindú ortodoxa, y Leela Thomas (Nazriya Nazim), cristiana, convencer a sus familias y casarse? Esa es solo una parte de la historia porque, en su tercera película, el guionista y director Vivek Athreya ofrece un notable comentario social aunque está envuelto en humor.
La historia de Sundar y Leela es compleja, entrelazada con lo que sucede en sus respectivas familias. La forma en que viven la vida está determinada por la suma de sus experiencias desde la infancia. ¿No es esta la verdad universal?
Los mundos de Sundar y Leela supuestamente encajan en un estereotipo: avakaya y vino y queso, por así decirlo. Se convierten en conductos para que Vivek Athreya ponga al descubierto los prejuicios y la hipocresía que enmascaran la bondad innata de las personas. Lo hace con clase e ingenio.
Considere el mundo de Sundar. Dado que es el único heredero varón, cada decisión se toma con el asesoramiento de un astrólogo. De niño, le dan una bicicleta de mariquita para estar más seguro. Su padre (VK Naresh) no permitirá que un adolescente Sundar cruce los mares para ir a Estados Unidos; no importa si pierde la oportunidad de actuar en una película de Chiranjeevi. La manipulación emocional de la madre (Rohini) para convencer a la abuela (Aruna Bhikshu), una artista veena, ayuda. Esté atento a la música efectiva de Vivek Sagar aquí, ya través de la película, donde combina ritmos clásicos y contemporáneos. Lo que sucede en esta parte ayuda a establecer cómo Sundar crece con un bagaje emocional, incapaz de reunir el coraje para trazar su propio camino.
Ante Sundaraniki
Reparto: Nani, Nazriya, Naresh, Nadiya, Rohini
Dirección: Vivek Athreya
Música: Vivek Sagar
A su amiga de la infancia, Leela, le va mejor, pero su camino se entrelaza con el de su hermana (Tanvi Ram). La precaución adicional que siguen sus padres (Azhagam Perumal y Nadiya) tiene un efecto dominó.
Cuando los dos mundos chocan, el viaje avanza con una red de mentiras que complica aún más las cosas. El drama familiar está poblado por numerosos personajes, pero nadie es un espectador. Desde la abuela hasta un niño que aparece en una escena de dos minutos, todos tienen un papel definido.
Nani está en territorio familiar, con su estilo impecable para la comedia. Como era de esperar, las situaciones familiares conservadoras se prestan al humor. Las risas también llegan donde menos se espera, como por qué está en las vallas publicitarias. Cuando la frustración de Sundar llega al techo después del intermedio, las risas son abundantes. Hay una escena deliciosa en la que un niño está bombeando aire en la bicicleta y Nani lo agarra y se va a la mitad del camino, con la bomba todavía colgando de la bicicleta. Nani acierta tanto en lo cómico como en lo emocional y se las arregla para convertirse en Sundar a lo largo del viaje.
Se pone bastante énfasis en el adolescente Sundar y Leela, hasta el punto de que estamos de acuerdo cuando Harshavardhan interrumpe a Sundar y le pide que continúe con el presente. Estas porciones, sin embargo, sirven para explicar más tarde por qué Sundar está estancado en el pasado, incapaz de tener conversaciones maduras con su familia y la de Leela, para resolver las diferencias. Algo tiene que cambiar profundamente para ciertas personas y familias para pasar página. Cuestiones como la impotencia y el embarazo se convierten en estas herramientas. En este mundo de mentiras, la presencia de la hermana de Leela y lo que ella atraviesa es muy hiriente.
¿Has oído hablar de la afirmación de que cuando se dicen mentiras repetidamente, uno tiende a creer en ellas? Las partes en las que Leela y Sundar se regodean en la culpa tocan una fibra sensible, a pesar de la constante afluencia de humor en forma de ‘thadasthu dhevullu’. La película de casi tres horas de duración se siente un poco estirada. Sin embargo, una secuencia clave en la mesa del comedor seguida de las verdades caseras de Rohini a su familia hace que todo valga la pena.
En su primera película en telugu, Nazriya es efectiva. Rohini y Naresh aportan autenticidad y credibilidad a sus papeles y cuentan con el hábil apoyo de Azhagam Perumal y Nadiya. Además, tenga cuidado con Srikanth Iyengar como astrólogo y Rahul Ramakrishna. La escena que lo involucra a él y a Naresh es divertidísima. Anupama Parameswaran y el director Venkatesh Maha aparecen en cameos prolongados, empujando la historia hacia adelante.
Vivek Athreya cuenta con el hábil apoyo del director de fotografía Niketh Bommi, la música de Vivek Sagar, el diseño de producción de Latha Naidu y el editor Ravi Teja Girijala.
Dado que los dramas familiares en el cine telugu convencional a menudo se limitan a grandes familias felices vestidas con sus mejores galas, esta es una representación realista de personajes que son a la vez entrañables y defectuosos. ¿Merece un visionado? Un rotundo sí.