Egon Rónai y su invitado, Péter Tarjányi, conversaron en el programa Ejenes Beszéd de ATV sobre el asesinato a mano armada de Robert Fico.
“Viktor Orbán recibe muchas críticas por llevar un chaleco antibalas, los responsables de su seguridad evidentemente le obligan a hacerlo, ¿por qué el primer ministro eslovaco no llevaba uno en este caso?” – preguntó el presentador al experto en políticas de seguridad.
Péter Tarjányi afirmó que “los líderes protegidos no siempre usan el chaleco, porque se considera cursi, o un nivel de admisión de que tienen que temer a los votantes por alguna razón, por lo que su política genera odio. Desde este punto de vista, he escuchado innumerables historias en las últimas décadas, cuando los líderes protegidos racionalizaron contra esto, por qué no es necesario, por qué no son contratados”.
Sin embargo, hay un cierto nivel de amenaza concreta, entonces tiene un deber, no puede protestar, no puede decir que no lo contrataré. Si el personal dice que efectivamente es necesario para algo, entonces debes aceptarlo.
explicó el en el show el experto en política de seguridad, según el cual “todo el sistema de seguridad no tenía idea del ataque al Primer Ministro eslovaco. No sólo para los aseguradores personales, sino también para los que trabajan en segundo plano”.
Péter Tarjányi lo vio así:nortevimos un grave fiasco de seguridad. Sí, los guardaespaldas cometieron un error, no estaba bien asegurar directamente a la persona protegida, tampoco estaba bien escapar, el vehículo permaneció en el lugar por muchos segundos y no llevó inmediatamente al conductor protegido al hospital… También debemos ver que aquí se trata de una persona que ha acumulado ira, alguna convicción política, en relación con la cual decidió llevar a cabo este ataque. El hecho de que pudo presentarse en el lugar con un arma y no fue advertido, el grupo de compañías de seguros personales se encontró en una situación inmejorable”.
Esto es lo que está escrito en el libro grande, y entonces llega la realidad… Las personas protegidas tienen la extraña costumbre de acercarse a las personas de la multitud que las llaman. Esto también pasó aquí, según la información, el propio asesino le pidió al Primer Ministro eslovaco que se acercara y se acercara a él y él lo hizo.
Péter Tarjányi recordó lo sucedido y afirmó que “en este caso se ha violado un principio muy importante. Las aseguradoras personales lo saben y también son conscientes de que su conductor protegido tiene estos hábitos. Considero que uno de los errores más graves de los guardaespaldas es que cuando oyeron esto no se interpusieron entre el atacante y el líder protegido”, afirmó el experto en política de seguridad.
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