El senador republicano ha estado en el cargo de manera continua en Iowa desde 1959. (Actualmente tiene 87 años). Y fue elegido para el Senado en 1980, lo que lo convierte en el segundo senador con más tiempo en el cargo, solo detrás de El demócrata Pat Leahy de Vermont, quien fue elegido miembro de la cámara en 1974.
Lo que es tan notable como su largo período en el cargo es lo popular que se ha mantenido entre los votantes de Iowa, un grupo notoriamente voluble, durante todo ese tiempo. Aparte del 54% que recibió en su primera carrera por el Senado en 1980, el porcentaje de victorias de Grassley nunca ha caído por debajo del 60% (!) En seis carreras de reelección posteriores.
Grassley había sido una figura tan dominante en la política de Iowa que los demócratas a nivel nacional han dejado de desafiarlo seriamente en sus últimas elecciones de reelección a pesar de la naturaleza cambiante del estado.
Y no solo los demócratas descontentos están alimentando el débil número de reelección de Grassley en la nueva encuesta de Register. Más de 1 de cada 3 (37%) de los republicanos que se identifican a sí mismos dicen que están listos para alguien que no sea Grassley. Que es un gran número. También vale la pena señalar: casi 7 de cada 10 (68%) de los independientes políticamente cruciales también quieren a otra persona que no sea Grassley.
Ahora, antes de continuar, vale la pena señalar que una pregunta de la encuesta como esta no es un predictor perfecto de las posibilidades de Grassley si corre nuevamente el próximo año. Cuando le pregunta a la gente si quiere a Grassley oa “otra persona”, está comparando una cantidad conocida con todas sus verrugas con un candidato ideal. El “otro” de los demócratas es casi con certeza un demócrata. El “otro” para muchos republicanos bien puede ser un candidato más joven y más al estilo de Trump.
Pero no importa quién sea el candidato ideal para un Iowan en particular, es seguro que ese candidato no existe en realidad. Todo candidato real tiene debilidades (y fortalezas) que un votante tendría que evaluar frente a Grassley.
Entonces, cuando se compara a un titular de mucho tiempo con “alguien más”, este último casi siempre “gana”. El candidato actual demócratas (o republicanos) que se opondría a Grassley no estaría ganando al titular con el 64% de los votos.
Dicho todo esto, estos números NO son lo que Grassley y su equipo político quieren ver. Sugieren que ha habido un ablandamiento considerable hacia él en una variedad de grupos. Y los números entre los republicanos bien podrían atraer a un candidato más-MAGA a echar un vistazo a un desafío primario al titular.
Estos números voluntad aviva esa preocupación en Grassley, y al menos será un factor cuando decida su futuro político este otoño.
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