“Con esta nueva ley, los franceses tendrán inmensas dificultades para acceder a alimentos libres de OGM”

la Comisión Europea se prepara para abrir las puertas de la Unión Europea (UE) a los organismos genéticamente modificados (OGM) de nuevas técnicas genómicas (NTG) eximiéndolos de las obligaciones y controles impuestos a los OGM.

Si se aprueba este proyecto de ley, los alimentos que contengan nuevos OGM ya no estarán sujetos a una evaluación de riesgos y no serán rastreados ni etiquetados. Se trata de un grave ataque a la libertad de elección de los consumidores y nos expone a numerosos riesgos para la salud y el medio ambiente.

Hoy, El 92% de los consumidores franceses. Quieren que las palabras “nuevos OGM” se indiquen explícitamente en los envases de los productos alimenticios. Con este proyecto de ley se les negará este derecho a la información, aunque consagrado en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (artículo 169). Se trata de un proyecto anacrónico para los consumidores franceses que legítimamente quieren saber qué tienen en el plato. Sin embargo, es necesario reforzar la transparencia, elemento central del vínculo de confianza entre los agentes agroalimentarios y los consumidores, en un contexto de escándalos alimentarios recurrentes.

Sin embargo, ¿es suficiente informar al consumidor sobre las NTG? El alcance de los impactos de los nuevos OGM en la salud humana todavía está poco estudiado en la actualidad. En lugar de suprimirla, la evaluación de riesgos debería mantenerse o incluso reforzarse, de conformidad con el principio de precaución. Sin una evaluación rigurosa, la seguridad alimentaria francesa está comprometida.

Principales riesgos ambientales

Este riesgo para la salud va acompañado de importantes riesgos medioambientales. Las plantas genéticamente modificadas (GM) pueden mezclarse con plantas silvestres, difundiendo sus genes sin control. Una planta transgénica tolerante a un herbicida puede, por ejemplo, transmitir esta tolerancia a plantas silvestres similares. Los nuevos OGM que producen una proteína insecticida podrían ser perjudiciales para otros insectos no objetivo que desempeñan un papel crucial en nuestros ecosistemas.

Además, las plantas NTG que seleccionan rasgos favorables podrían comportarse como plantas invasoras y alterar el equilibrio natural existente. Si bien nuestro campo ya está afectado por la caída de la biodiversidad, el cambio climático y la contaminación química, ¿queremos debilitarlos aún más y poner en peligro nuestra capacidad de producir alimentos saludables para las generaciones futuras?

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