Desde la tumba, Navalny le da un último golpe a Putin – POLITICO

“Para mí, hoy fue el recordatorio más fuerte posible de que la política en Rusia no está muerta, que la gente no se rinde y sigue creyendo en un futuro sin dictaduras, injusticia y guerra”, dijo Roman, un moscovita de 24 años, que preguntó que su apellido se oculte por razones de seguridad, dijo a POLITICO.

Durante años, el aparato estatal ruso ha intentado convertir a Navalny en una figura tóxica. Después de su encarcelamiento a principios de 2021, toda su red fue tildada de “organización extremista”, lo que obligó a sus aliados cercanos al exilio y a sus partidarios al silencio.

La motivación definitiva

Es revelador que la esposa de Navalny, Yulia, que se comprometió a recoger el guante de su marido, y los hijos de la pareja, Daria y Zakhar, no asistieron al funeral y permanecieron fuera de Rusia. En su lugar publicaron homenajes conmovedores en las redes sociales.

Ante el gran temor a una represión antes del funeral, el grupo de derechos humanos Pervy Otdel aconsejó a los dolientes que se abstuvieran incluso de llevar fotografías o imágenes del líder de la oposición, aunque no existe ninguna ley rusa que lo prohíba.

“Todo lo que ha sucedido en los últimos años en torno a Alexei Navalny indica que cuando se trata de este hombre, las autoridades no hablan el lenguaje de la ley, sino el de la calle o la prisión y la fuerza bruta”, dijo Dmitry Zair-Bek, un abogado de Pervy Otdel, dijo a POLITICO.

Pero si la esperanza del Kremlin era que la muerte de Navalny mostrara su éxito en erradicar toda oposición, en cambio proporcionó a los rusos la motivación definitiva para salir de su escondite.