El clima es central en Suecia

En los últimos años, el cambio climático ha sido uno de los temas más controvertidos en la política sueca. Parece que ahora desempeñará un papel importante en las elecciones europeas. Las encuestas de opinión muestran que los suecos consideran muy importante la política climática, incluso más en las elecciones europeas que en la política nacional. ‘El gobierno sueco considera que el Parlamento Europeo es el lugar más importante para la política climática. Ahí es donde las políticas pueden tener el mayor impacto”, afirma Naghmeh Nasiritoousi, investigadora de políticas climáticas de la Universidad de Linköping. El economista John Hassler, especializado en política climática, explica que la propia Suecia cree que está a la vanguardia. ‘Pero esta autoimagen debe ajustarse ahora que la UE está aumentando sus objetivos climáticos. Los suecos han considerado durante mucho tiempo la política climática como una cuestión nacional. De repente, casi de la nada, se dieron cuenta de que la UE está planteando exigencias que son, en cierto modo, más estrictas y más progresistas que las ambiciones nacionales.’ Suecia tiene una de las emisiones per cápita más bajas de la UE, pero las emisiones están aumentando. Desde las elecciones de 2022, Suecia está gobernada por una coalición de derecha. El gobierno tripartito liberal-conservador, junto con su socio, los nacionalistas Demócratas Suecos, ha introducido una serie de reformas para reducir los crecientes precios del diésel y la gasolina. Como resultado, las emisiones están aumentando y los objetivos climáticos nacionales no se están cumpliendo. Los Demócratas Suecos son el único partido del parlamento sueco que no votó a favor de los objetivos climáticos nacionales en 2017. El gobierno de coalición y

Los Demócratas Suecos están llevando a cabo duras negociaciones sobre el clima. Mientras tanto, el activismo climático está aumentando. Se bloquean carreteras, se interrumpen debates parlamentarios en la tribuna pública y se atacan programas populares de televisión. “El activismo es importante para conmover a la opinión pública y mostrar que hay apoyo para una política climática más ambiciosa”, afirma Naghmeh Nasiritousi. ‘Pero también amenaza con polarizar. Muchos suecos consideran que el activismo es una forma de expresión antidemocrática, aunque la desobediencia civil es parte de la democracia.’