El fin del Título 42 es una oportunidad para hacer mejor las cosas – New York Daily News

A menos que intervenga la Corte Suprema de EE. UU., la política del Título 42 que utiliza una restricción de salud por COVID en la frontera finalmente terminará el miércoles, un buen resultado para el estado de derecho que verá un mayor volumen de llegadas en busca de asilo.

Esta vez hay una advertencia anticipada, lo que significa que existe una oportunidad invaluable para preparar una respuesta que no solo sea más adecuada desde el punto de vista logístico, sino también más humana, y eso significa compartir la responsabilidad.

Este es en gran parte un lío que Washington tiene que arreglar, no porque —como algunos comentaristas han afirmado con cinismo y falsedad— abrió la frontera, sino porque decidió mantener la política del Título 42 durante casi tres años, creando un cuello de botella que siempre estuvo destinado a estalló cuando el programa ilegal finalmente fue derribado.

No puede lavarse las manos de las consecuencias de su decisión de patear la lata en el camino para encontrar mejores formas de procesar a los solicitantes de asilo. Como mínimo, tiene que asumir un papel mucho más activo trabajando con estados, municipios y organizaciones sin fines de lucro para ubicar a los inmigrantes donde mejor se les pueda acomodar, y trabajar con el Congreso para eliminar el estúpido requisito de esperar seis meses antes de poder trabajar legalmente en todos.

No es apropiado dejarlos en manos de lobos políticos como Ron DeSantis de Florida y Greg Abbott de Texas, que están salivando ante la perspectiva de utilizar a los migrantes vulnerables en trucos como los vuelos engañosos a Martha’s Vineyard. Si al presidente Biden le preocupa la percepción de que su administración está siendo demasiado acogedora, advirtamos que la percepción de dejar reinar el caos no es mucho mejor, y eso es exactamente lo que va a pasar si decenas de autobuses enviados sin coordinación comienzan a llegar nuevamente en Nueva York y otros lugares.

Eso no significa que la ciudad deba eludir sus responsabilidades, como les gustaría a otros, pero no debería recaer directamente sobre nuestros hombros. El gobernador Hochul y el estado deberían estar listos para ayudar, con la vista puesta en partes del estado que felizmente absorberían algunas llegadas.