De manera discreta, a través de una presentación regulatoria ante la Comisión de Bolsa y Valores, Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, reveló el lunes que donó casi $ 6 mil millones en acciones de la compañía a organizaciones benéficas el año pasado, lo que lo impulsó instantáneamente a los rangos superiores de donantes filantrópicos.
Pero el documento dio poca información sobre dónde dirigió su riqueza, informa el boletín informativo DealBook.
Musk donó poco más de cinco millones de acciones en noviembre, según el documento. Basado en el precio promedio de las acciones de Tesla en los días en que vendió, eso vale aproximadamente $ 5.7 mil millones. Eso lo convertiría en el segundo donante más grande el año pasado, solo detrás de Bill Gates y Melinda French Gates y sus $ 15 mil millones en donaciones, según Chronicle of Philanthropy.
El obsequio se produjo cuando Musk vendió más de $ 16 mil millones en acciones en noviembre y diciembre, muchas de las cuales estaban destinadas a cubrir las obligaciones fiscales después de ejercer las opciones sobre acciones. En ese momento, tuiteó que probablemente pagaría más de $11 mil millones en impuestos, una de las facturas individuales más grandes en la historia de Estados Unidos. La donación de acciones podría ser útil para sufragar esa factura.
La pregunta es adónde fueron esas acciones. La donación se produjo mientras Musk discutía con legisladores populistas como los senadores Bernie Sanders, el independiente de Vermont, y Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, sobre la desigualdad de riqueza y los impuestos. Varios observadores notaron que semanas antes de su donación, Musk tuiteó que él daría $ 6 mil millones si las Naciones Unidas pudieran demostrar que el dinero podría ayudar a resolver el hambre en el mundo. Días después, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU describió cómo gastaría 6600 millones de dólares para ayudar a evitar la hambruna.
Los otros esfuerzos filantrópicos revelados del Sr. Musk incluyen millones en obsequios a los municipios de Texas y un premio de $100 millones por desarrollar tecnologías para eliminar el dióxido de carbono del aire.