Un ataque con bomba incendiaria en un centro de inmigración en Dover fue motivado por la ideología terrorista de extrema derecha, concluyó la policía.
Los comandantes de la Policía Contra el Terrorismo del Sureste (CTPSE, por sus siglas en inglés) que investigan el ataque dicen que Andrew Leak estaba “impulsado por una ideología extremista” cuando lanzó tres bombas caseras en las instalaciones de procesamiento de Tug Haven en Dover el domingo.
Dos miembros del personal reportaron heridas leves dentro del centro de inmigración y poco después Leak fue encontrado muerto dentro de un automóvil que había conducido hasta el lugar.
CTPSE, en colaboración con la policía de Kent, pasó días rastreando las publicaciones de Leak en las redes sociales, que incluían diatribas de extrema derecha y sobre migrantes, y entrevistando a “un número significativo de testigos”.
Tim Jacques, Coordinador Nacional Principal de Vigilancia Antiterrorista, dijo el sábado: “Después de considerar la evidencia recopilada hasta ahora en este caso, aunque hay fuertes indicios de que la salud mental probablemente fue un factor, estoy satisfecho de que las acciones del sospechoso fueron impulsadas principalmente por una ideología extremista. Esto cumple con el umbral de un incidente terrorista”.
Agregó: “Evaluar cuándo esto cruza el umbral del terrorismo es un proceso complejo y debe considerarse cuidadosamente caso por caso. Estas decisiones deben estar determinadas por los hechos, en la medida en que puedan establecerse en un momento dado.
“Cada vez más en el trabajo de casos contra el terrorismo, en todas las ideologías, estamos viendo personas que tienen problemas de salud mental y una mentalidad de odio”.
La policía dijo que actualmente no hay nada que sugiera que Leak estaba trabajando junto a alguien más y que no se pensaba que hubiera una amenaza mayor para el público.
Los servicios de seguridad han advertido de la creciente amenaza del terrorismo de extrema derecha.
En un discurso el año pasado, Ken McCallum, director general del MI5, dijo que esto ahora “comprende una porción minoritaria sustancial del riesgo que estamos manejando”, con una de cada cinco investigaciones antiterroristas siendo de origen de extrema derecha.